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—Denys no tiene problemas de salud —objetó Grant, mientras los dos veían las noticias en la sala.

—No sé qué está haciendo —dijo Justin. Y confiando en la libertad que Ari juraba que gozaban con respecto a la vigilancia, añadió—: Pero perder a Giraud representa un golpe muy duro para él. Creo que es la primera vez en la vida que siento lástima por Denys.

—Están haciendo el R —observó Grant—. Denys tuvo que conseguir el apoyo de Ari, ¿no te parece irónico?

—Tiene... ¿cuánto?, ¿ciento veintitantos?, y el peso que soporta no le sirve de ayuda. Supongo que puede considerarse afortunado si vive diez o quince años más. Así que tiene que haber conseguido la aprobación de Ari, ¿no te parece?

—No funcionará —suspiró Grant.

Justin lo miró, su compañero estaba sentado en un nido en el rincón del sillón (habían encontrado unos almohadones rojos y azules finalmente), el cabello rojo totalmente despeinado.

—Denys tiene que marcar el esquema —añadió Grant—, tiene que darle esa base, o no hay esperanza para Giraud. De verdad que lo creo. Ya

—Les debe bien poco, eso es cierto.

—Y siempre está el problema de qué hay en las notas que recibió Ari de su predecesora —continuó Grant—. Creo que Ari sabe mucho más de lo que refleja en esas notas. Creo que nuestra Ari se muestra muy cuidadosa con respecto a lo que deja saber a sus tutores.

—Ari dice que a veces... que no todo era necesario.

—Pero hay cosas que sí lo eran —objetó Grant—. Y Denys no sabe, no puede saberlo dada su posición; y ella lo deja así.

—El chico Rubin ha empezado a estudiar química, ¿verdad?

—Buen estudiante, sin embargo las notas no son espectaculares.

—Todavía no.

Grant hizo un gesto, despectivo.

—No hay una Stella Rubin. No hay nadie que le diga cuándo debe respirar. Los CIUD necesitan su infierno, ¿estamos de acuerdo en eso? Tú les advertiste que no dejaran de presionarlo, pero el proyecto todavía lo usa como control. Ejercen toda la presión sobre Ari mientras dejan tranquilo a Ben Rubin; averiguar qué es necesario... Te apuesto lo que quieras a que Denys Nye tuvo mucho más que ver con esa decisión que Ya

—Excepto que Ya

—Pero Rubin sigue siendo un control —objetó Grant—. Y está probando...

—Está probando que: A) no se puede llevar a cabo con todos los grupos genéticos; B) algunos grupos genéticos responden bien a la tensión y algunos no.

—De acuerdo, de acuerdo, pero en los dos casos tenemos...

—C) hay uniones nocivas entre el sujeto y el sustituto. No dejes de considerar el daño que le hizo Je

—Por no mencionar —dijo Grant, levantando un dedo—, el hecho de que Oliver AOX es varón y Alfa; y Stella Rubin es mujer y no tan brillante. Me gustaría hacer un estudio sobre el joven Rubin. No hay límite para él, no hay cambios de flujo. La inestabilidad está ligada con el suicidio, con la inteligencia. Entre nosotros, lo consideran un grupo fallido.

—Y así determinan que lo sea.

—Y pierden el límite también. Lo cual nos devuelve a la joven Ari, que tal vez le dio al comité todo lo que sabe, cosa que yo no creo, si es tan Ari como parece, y nuestra Ari no corre riesgos con su seguridad. Creo que el acceso a esos programas es un arma poderosa y, ¿sabes?, me parece que Denys debe de haber empezado a darse cuenta.

—Posiblemente más que eso. Tal vez esa Base, después de que ha sido activada, no puede ser dominada desde el exterior en otros sentidos. Posiblemente puede disimular su potencial.





—¿Mintiendo sobre el tamaño de los ficheros?

—E invadiendo finalmente otras Bases. Pruebas interiores, parámetros... He estado pensando cómo diseñaría un programa como ése, si ella fuera azi. La primera Ariane me diseñó. Tal vez... —Grant hizo un gesto breve con la boca—. Tal vez tengo, digamos, una resonancia i

Justin lo reflexionó. Pensó en la mirada de Grant, el tono de su voz, un hombre hablando de su padre, o de su madre.

—Pensamiento contradictorio —dijo—. A veces me pregunto si la amas, Grant.

Grant se echó a reír, una sorpresa fugaz.

—¿Amarla?

—No creo que sea imposible.

—Reseune es mi contrato y nunca puedo separarme de él.

—Reseune es mi contrato: ¿querrías...? Hablo de la contradicción al estilo CIUD. El tipo de contradicción que se presta a las ambivalencias. ¿La amas?

El ceño fruncido.

—Me asusta el hecho de que Ari haya hecho una prueba. Me asusta porque Ari tiene las notas de su predecesora, que incluyen mi manual, estoy casi seguro. ¿Y si... y si...?, es mi pesadilla. Justin, en mis fantasías más enloquecidas, me pregunto: ¿Y si Ari planificó las cosas para su sucesora?, ¿y si me insertó algo que respondiera con la clave correcta? Pero entonces, la contradicción cambia de nuevo y pienso que eso es una completa estupidez. Te voy a contar otra pesadilla: tengo miedo de mi propia cinta de programa.

Justin tembló por Grant.

—Porque Ari la diseñó. Grant asintió.

—No quiero tener que revisarla bajo trank hoy por hoy. Sé que podría tomar tanto kat como para reducir los umbrales y aceptarla, pero entonces pienso que puedo arreglármelas sin eso. No lo necesito, Dios, los CIUD soportan la contradicción y aprenden de ella. Y yo también, ya he aprendido a hacerlo, quiero decir.

—Ojalá me lo hubieras dicho antes, mierda.

—Te habrías preocupado. Y no hay razón para preocuparse. Estoy bien, menos cuando me preguntas cosas como: «¿Amas a Ari?» Dios, eso sí que es retorcido. Es la primera vez que me hago esta pregunta en términos CIUD. Y tienes razón ,alrededor de ella hay un nivel de contradicción múltiple que no me gusta nada.

—¿Culpabilidad?

—No me hagas esto.

—Lo siento. Solamente me lo estaba preguntando. Grant cambió de posición en el montón de almohadones y se apoyó en el brazo.

—¿Alguna vez has revisado mi cinta para averiguar si había problemas?

—Sí —admitió Justin después de un momento de vacilación, un instante de duda que pareció demasiado largo y significativo—. No quería que lo supieras, no quería preocuparte.

—Lo lamento. No puedo dejar de preocuparme. Es demasiado fundamental para mí.

—Tú... te preocupas.

Grant levantó las cejas, un gesto melancólico, breve, y por un momento, pareció reflexionar mientras se pasaba una mano por el cabello.

—Creo que ella me hizo una pregunta que me sacudió, muy en mi interior. Creo que sé cuál. Me parece que me preguntó acerca de mi cinta, por la que, es cierto, me siento culpable: no la uso como se supone que debo hacerlo; supongo que me preguntó sobre el contacto con los subversivos. Además, últimamente he soñado con Winfield. Toda la escena que sucedió en las montañas. El avión, el autobús con esos hombres, aquella habitación.

—¿Por qué no me lo has dicho?

—¿Los sueños son anormales?

—No te vayas por las ramas. ¿Por qué no me lo has dicho?

—Porque no es importante. Porque sé, cuando no estoy en medio de la contradicción, que no hay problema. Quieres que use la cinta, lo haré. Quieres hacer un psicotest por tu cuenta, hazlo. Te aseguro que no me preocupa lo más mínimo. Tal vez deberías hacerlo. Ha pasado mucho tiempo. Tal vez incluso me sentiría más seguro si lo hicieras. Si... —añadió Grant con un movimiento leve de cabeza, una risita sin humor—, si no, después me preguntaría si el que está tocado eres tú.