Добавить в цитаты Настройки чтения

Страница 65 из 86

Y eso era así a pesar del lío que había hecho Denys después con esos planes, pensó.

—Durante los últimos seis meses, funcionó con una agenda muy ordenada para que aquellos de nosotros a quienes estaba instruyendo pudiéramos entrar en su oficina, coger esa agenda y saber exactamente dónde estaban los ficheros y cuáles eran las prioridades. Confesó que le daba miedo la muerte. Que hubiera querido seguir viviendo otros cincuenta años. Nunca expresó remordimiento por nada de lo que había hecho, no me pidió disculpas, solamente me dio las claves de los ficheros y pareció conmovido al ver que yo lo perdonaba. Ése era el Giraud que yo conocí.

Y lo dejó ahí.

Tengo los ficheros.Eso también era deliberado. Como había hecho con la prensa.

No para destruir a Lynch, claro. Denys se negaba a ocupar el puesto y alguien tenía que hacerlo; Reseune estaba paralizada. Algunos estaban pidiendo a Ya

No, había dicho Denys, lo bastante cuerdo para prever esa posibilidad. Que nadie recuse a Lynch. Nadie. Es inofensivo. Dejadlo.

Resultaba difícil adivinar qué pensaba Ya

Pero la negativa de Denys había arrebatado a Ya

Decidió buscar a Ya

Asegurarse de que toda la Familia supiera que Ya

—Sé lo que estás haciendo —le dijo fervientemente, sin preocuparse por los que pudieran oírla, sabiendo que alguien la escucharía—. No lo olvidaré, Ya

Le apretó la mano. Ya

No se dijo ni una palabra directa. Pero había suficientes testigos. Y Ya

Cuando llegara el momento, Ya

Y otros en la Casa captarían las señales con facilidad, que ella había presentado su candidatura en varios frentes y había empezado a hacer adquisiciones, no en un sistema sólo para los jóvenes, sino con vistas a una administración adulta de alguien que disfrutaba de más respeto en la Casa de lo que él mismo había sospechado.

Señal clara de que Ya

Ya

Ya

Había sido uno de los amigos de mamá. Ella pensó con algo de satisfacción que mamá la hubiera aprobado.

IV

Anduvo por el camino exterior a la Casa, alrededor de la pared del jardín hacia las lejanas puertas: gracias a Dios, era un lugar tranquilo después de la presión de las entrevistas. Mierda, Victoria, pensó y comprendió que Maddy había querido desaparecer, que se la tragara la tierra.





—¿Os preguntáis por qué hace esas cosas? —murmuró a Florian y a Catlin—. Yo también.

Los dos la miraron. Catlin dijo, en el silencio de Florian:

—Resulta raro que alguien muera. Uno piensa que tiene que seguir estando ahí. En los Barracones Verdes pasaba lo mismo.

Ari puso la mano sobre el hombro de Catlin mientras caminaban. Recuerdos. Catlin había visto morir a varias personas.

—No estarás sintiéndote mal, ¿verdad?

—No, sera —respondió Catlin—. No pienso dejar que circulen rumores sobre mí.

Ella rió suavemente. Confía en Catlin.

Florian no dijo nada. Florian debía de haber captado todas las señales en la multitud; y seguramente estaba trabajando con ellas para que cobraran sentido. Florian se estaría preocupando por los vivos.

—Ya no está con nosotros —suspiró Ari finalmente, junto a las puertas—. Mierda, es extraño. —Y miró a Florian, que de pronto había adoptado una expresión muy tensa, los rasgos marcados de aquella forma que indicaba que estaba recibiendo algo en el monitor de Seguridad. Uno de los dos estaba siempre informándose.

—Novgorod —anunció Florian—. Jordan Warrick ha declarado que es inocente. Afirma que lo obligaron. Seguridad de Reseune está enviando órdenes para detenerlo.

—Averigua dónde están Justin y Grant. Catlin y yo vamos a ver a Denys; vuelve a casa, asegura la base y quédate allí; usa la fuerza si es necesario, pero no como actitud inicial.

Eso, antes de que cruzaran las puertas, mientras un guardia de Seguridad cuyo comunicador no debía de estar recibiendo noticias a ese nivel los miraba intrigado por la rapidez con que hablaban y actuaban, como si estuvieran metidos en un asunto importante.

—No dicen gran cosa —dijo Catlin mientras caminaban.

—¿En los servicios informativos?

—Eso, primero —informó Catlin—. El comunicador 14 está cargado de entradas.

Periodistas en el aeropuerto, al borde de un hecho importante y detenidos por una Seguridad ansiosa y poco comunicativa.

—Mierda, ¿dónde está Denys? ¿Qué está haciendo? Catlin se golpeó la unidad en la oreja.

—Denys todavía está en el laboratorio: Base Uno, ¿qué hay con la transmisión de la Base Dos? Afirmativo, sera. Ha enviado un mensaje para que pospongan las preguntas. Dice que las acusaciones son una maniobra política, cito: «Hecha en mal momento y con una falta evidente de sentimientos humanitarios. La Familia vuelve de un funeral y la gente está en las oficinas. Reseune ofrecerá una declaración dentro de media hora.»

—Gracias a Dios —suspiró ella, con fervor. Denys estaba despierto. Denys devolvía el golpe. Ya era hora, mierda.

V

Era un buen día para no salir, pensó Justin, dada la situación en la Casa, dado el estado general de inquietud en Seguridad ahora que su jefe había muerto: No quiero ser alarmista,le había dicho Ari por el Cuidador, pero me sentiría mucho más tranquila si tú y Grant no salís durante unos días si podéis evitarlo. Trabaja en casa, si puedes. Voy a estar muy ocupada, no puedo controlarlo todo, y Seguridad está muy confundida, están luchando por el poder. ¿ Te importa? Si quieres ir al funeral, ve. Pero quédate donde haya gente.

Voy a seguir tu consejo,había dicho él en respuesta. Gracias. Sé que tienes muchas cosas de qué preocuparte ahora. No creo que nuestra presencia en el funeral fuera adecuada o apreciada por sus amigos; pero si hay algo que Grant o yo podamos hacer en el ala para ocuparnos de los detalles estamos dispuestos a ayudar.

Ella no les había pedido nada, en cierto modo se había olvidado de ellos, pensó Justin, lo cual no era de extrañar dada la presión que debía de estar soportando. Las noticias estaban llenas de especulaciones acerca de la salud de Denys, de las consecuencias políticas de que Reseune hubiera cedido el sillón que había ocupado en el Concejo desde la fundación, sobre si los centristas podían forjar un candidato viable dentro de Ciencias, o si el secretario y ahora canciller en funciones, Lynch, tenía las calificaciones personales necesarias para mantener el liderazgo en el partido que había sostenido a Giraud.