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—¿Puedes trabajar con Sam?

—Mierda, tiene la cabeza llena de pájaros, no es agradable de decir, ¿no? No sé qué ha visto en ella.

—No lo confundas, Amy.

—No. Ya he olvidado todo eso. ¿Sabes lo que quiero? Exactamente lo que tú tienes con Florian. Nada de líos. Nada de celos. Nada de tonterías. En cuanto pueda...

—Si quieres agregarme al asunto, yo creo que trabajarías mucho mejor con un ayudante. Y en mi opinión te sentirías totalmente frustrada si no fuera un Alfa, y hay solamente unos pocos sin contrato. Te voy a dar una lista de todos los números. La fuente más probable es los Barracones Verdes. Y eso significa alguien como Catlin, pero, podrías arreglarlo, supongo.

Amy la miró a los ojos. Y se ruborizó un poquito.

—Algún día —continuó Ari—, tú serás supervisora de ala. Eso es lo que quiero. Algún día yo voy a estar al frente de Reseune y ya no estamos jugando a «supongamos», hablamos a largo plazo. Quiero que tengas el tipo de apoyo que necesitarás; quiero que tengas alguien que pueda protegerte y solucionar los problemas que tú no tienes tiempo de resolver. En tu caso, hombre e inteligente son dos necesidades reales. A otra mujer la matarías. ¿Te conozco bien?

Amy se echó a reír y volvió a sonrojarse.

—No lo sé. Necesito tiempo para pensarlo.

—Claro, llenes cinco minutos.

—No es justo, Ari.

—Igual que debajo de las escaleras. Igual. Necesito a mis amigos ahora, te necesito a ti primero. Y hay peligro real; si yo soy un blanco, tú también podrías serlo.

Amy se mordió el labio.

—No me importa. De verdad, no me importa. Me preocupa el lío que se va a armar con mamá. ¿Sabes qué pienso? Creo que quiere seguir teniéndome cerca. Considera que tú ejerces una influencia superior a la suya sobre mí y siempre ha albergado esperanzas de que yo entrara en psiquiatría de Edu, sin tener en cuenta que soy mejor en otras cosas.

—Eh, mírame. ¿Crees que una R no aprende a descubrir quién es quién?

—Ya lo sé. Pero tu... tu predecesora no está mirándote fijamente al otro lado de la mesa cuando desayunas.

—¿Qué vida vas a vivir? ¿La tuya o la de ella? Amy asintió finalmente.

—¿O la mía o la tuya? Yo soy mía, Ari. No quiero que me mantengas. Si es un trabajo real, si es mi dinero, de acuerdo.

—Trato hecho.

—Trato hecho —aceptó Amy.





—Bien, ahora vayamos por Maddy y después por Sam. Y Tommy.

—Stasi está bien —dijo Amy—. No me importa. Pero Stef Dietrich no, por lo menos de mi parte.

—Stef no está en mi lista —comentó Ari—. No le guardo rencor, pero siempre está provocando problemas. No lo necesitamos. —Se estiró sobre los estribos y volvió a acomodarse—. Tenemos a Maddy. Sam y Tommy. Stasi, está bien. Pero todos en el mismo orden de siempre. Por antigüedad. Algo así. Mira: tengo un gran problema, un punto muy vulnerable, y una ayuda inestimable, todo eso representa Justin Warrick para mí. Él nos va a ayudar. Pero lleva mucho peso sobre sus hombros y tendrá que llevar mucho más. Él y Grant son los únicos que están con nosotros y no forman parte de nuestro grupo, ¿entiendes?

—Es lo bastante inteligente para ser un problema.

—Eso ya lo he calculado. Mis tíos no lo quieren cerca de mí. La influencia Warrick, lo llaman. Dicen que es venenoso. Pero hay cosas que yo sé y ellos no. Te puedo contar algo, Amy, si estás conmigo.

—Estoy contigo.

—Denys está interesado en las notas de Ari y en el proyecto de psicogénesis, pero yo no se los doy. He dividido las cosas en tres bloques: uno de ellos se mantendrá en secreto. Aparte hay las notas generales, lo que se publica y lo que se va a publicar. El asunto de Rubin constituye un secreto en su mayor parte, pero todo el muro de seguridad es una farsa, yo soy popular y cualquiera que sepa algo de teoría de endocrinología puede averiguar gran parte de lo que me pasó. ¿Sabes cuál es una de las cosas que realmente quieren mantener en secreto? Justin Warrick. Porque no es Jordan y tampoco es como la clon de Bok, y podría convertirse en una voz dentro de Reseune, si alguna vez le dejan adquirir fama; porque es inteligente, entiende lo que soy y es un Especial en todo menos por el título, uno de los alumnos de Ari. Eso es algo que tampoco les interesa dar a conocer, otro Especial, R de un Especial, mucho más importante que Rubin, no importa lo que hayan dicho al Departamento de Defensa. Ari lo trabajó mucho, pero no lo dan a conocer a Defensa porque tienen un miedo terrible de él y de su influencia. Creo que Denys está seguro de que Ari trabajó con él. Denys no quiso que le dieran tratamiento, para arreglar cosas que realmente le molestan, cosas que Ari hizo con él. Y la muerte de ella le afectó mucho, terriblemente, no solamente porque lo hizo su padre, sino porque él la necesitaba mucho, muchísimo.

—¿Que le hizo?

—Una intervención importante. Justo antes de que la mataran. Algo que nunca terminó, algo que modificó la vida de Justin. No puedo decir más porque para él es un asunto privado. Pero fue muy duro.

—¿Como lo que te hicieron a ti? Ella lo pensó un momento.

—Sí, sí. Aunque hay algunas diferencias, se parece mucho. Jordan quería que su hijo fuera como él. Y Justin no lo habría sido. Ari sabía lo que quería de ese grupo genético y lo consiguió. Ésa es la verdad. Manipuló los grupos profundos de un CIUD, con mucha precisión.

Amy la miró fijamente. Un segundo.

—La psicogénesis puede funcionar en dos direcciones —explicó Ari—, como cualquier otro tipo de clonación. O es un idéntico, o es trabajo de un diseñador. Conmigo han conseguido el máximo de parecido que se puede obtener actualmente. Le dije a Justin que yo no era mi predecesora y él respondió que eso era una cuestión de semántica, nada más. Y me parece. que tiene razón. Hay diferencias reales: mi madre, Ollie, Denys... que no era Geoffrey Carnath; ni la mitad, por suerte. Muchas cosas que pasaron de otro modo. Pero tuve a Florian y a Catlin; no dudo de que las teorías que me aplicaron funcionaran. Siento que funcionan en este momento. Sé lo que me hace ir por delante de Ari. He tenido que trabajar. He tenido miedo. No he podido hundirme y dejar que otros se ocuparan de mí. He aprendido a analizar las situaciones, a trabajar en tiempo real y a confiar en los demás. Esta es la verdadera lección. La clon de Bok nunca salió de la oscuridad, nunca fue dueña de nada, nunca fue nada. ¿Sabes lo que yo hubiera contestado al tipo de preguntas que esa mujer tuvo que afrontar? ¡Iros a la mierda! Y si lo que quería era tocar el piano, mierda, lo hubiera hecho. Y tal vez hubiera escupido a la cara de los profesores de matemáticas que no me enseñaban las cosas que necesitaba saber, ¡cómo aprender a estar en el espacio, maldita sea! ¡Cómo vivir como un ser del espacio! ¡Cómo saber que la matemática es cuestión de vida o muerte! Esa clon recibió teoría en seco. Era creativa y le dieron materia árida. La cuidaron y la protegieron de todo. Y no entendían su música. Era muy mala pianista. No podía transcribir nada. Pero me pregunto qué clase de música oía en su interior, por qué le dedicaba cada vez más tiempo. No estoy segura de que haya fracasado. Tal vez esos malditos genios no sabían cómo hablarle. Tal vez la forma en que ellos anotaban las cosas no era aplicable en su caso. Me pregunto cuál era la sinfonía total y si ella estaba tocando el acompañamiento. Mmm. —Se sacudió de arriba abajo—. Eso también es como hablar de fantasmas, ¿verdad?

—Pasaron sus resultados por un análisis de ordenador. Y salió negativo.

—Con las teorías de Bok. Sí. Pero ella no conoció a su madre genética.

—¿Con las teorías de sus maestros?

—Tal vez. O con algo totalmente distinto, del espacio.

—Me gustaría revisar esos archivos. Para ver qué saco.

—Hazlo. Haz lo que quieras. Somos investigadoras, ¿verdad? Saca todos tus demás proyectos de las otras alas y ponlos en nuestro presupuesto. Nuestro crédito podrá soportar este gasto. Los guppies y los betas pueden comprar mucho tiempo de ordenador.