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¿Por dónde andaba yo? Sí, deambulando una vez más, como en los viejos tiempos, con John, en los bosques de Arcadia, bajo un cielo salmón.

- Entonces -dije alegremente- ¿sobre qué estaba usted escribiendo anoche, John? La ventana de su estudio sencillamente resplandecía.

- Sobre montañas -contestó.

La cadena Bera, una erección de piedra veteada y pinos hirsutos se levantó delante de mí en toda su potencia y su orgullo. La espléndida noticia me hizo palpitar el corazón y sentí que a mi vez podía permitirme ser generoso. Supliqué a mi amigo que no me dijera nada más si no lo deseaba. Dijo que sí, que no lo haría, y empezó a quejarse de las dificultades de la tarea que se había impuesto. Calculó que durante las últimas veinticuatro horas su cerebro había producido unos mil minutos de trabajo y cincuenta versos (digamos, del 797 al 847), o sea una sílaba cada dos minutos. Había terminado el Canto Tercero, el penúltimo, y había empezado el Cuarto, el último (véase el Prólogo, véase el Prólogo en seguida) y si no me molestaba volveríamos a la casa -aunque sólo eran alrededor de las nueve-, de modo que pudiera sumirse de nuevo en su caos y sacar de él un cosmos con todas sus estrellas húmedas.

¿Cómo podía yo decir que no? El aire de la montaña se me había subido a la cabeza: ¡Shade estaba recomponiendo mi Zembla!

Verso 803: una errata

Los traductores del poema de Shade tropezarán con cierta dificultad para transformar, de un trazo, mountain(montaña) en fountain(fontana); no es posible hacerlo ni en francés, ni en alemán, ni en ruso ni en zemblano; de modo que el traductor tendrá que insertar aquí una de esas notas de pie de página que son el museo de criminales de las palabras. ¡Y sin embargo! Existe, que yo sepa, un caso absolutamente extraordinario, increíblemente elegante en que participan no sólo dos sino trespalabras. La historia misma es bastante trivial (y probablemente apócrifa). En un relato periodístico de la coronación del Zar de Rusia, se había impreso vororta (crow-aiervo)en lugar de korona (crown-corona), y al día siguiente, al disculparse del error, hubo una segunda equivocación y se imprimió korova (cow-voca.). La correlación artística entre la serie crown-crow-cowy la serie rusa korona-vorona-korovaes algo que, estoy seguro, hubiera extasiado a mi poeta. Nunca vi nada semejante en el terreno de los juegos lexicológicos y las posibilidades de una doble coincidencia desafían todo cálculo.

Verso 810: una trama de sentido

Una de las cinco cabinas de este motel está ocupada por el propietario, un hombre de 70 años, de ojos lagrimeantes, cuya cojera me recuerda a Shade. Tiene una pequeña gasolinera aquí cerca, vende gusanos a los pescadores y por lo general no me molesta, pero el otro día me invitó a que "tomara cualquier viejo libro" de un anaquel que hay en su habitación. Por no herirlo, eché un vistazo primero a un lado y después a otro, pero eran todos libros policíacos encuadernados a la rústica, con los ángulos rotos, y no merecían más que un suspiro y una sonrisa. Me dijo que esperara un instante, y sacó de la alcoba un tesoro encuadernado en tela y destartalado. "Un gran libro escrito por un gran tipo", las cartas de Franklin Lane. -Yo solía verlo en Rainier Park, de muchacho, cuando era guardabosque allí. Lléveselo por un par de días. ¡No lo lamentará!

No lo lamenté. He aquí un pasaje que curiosamente hace eco al tono de Shade al final del Canto Tercero. Procede de un fragmento escrito por mano de Lane el 17 de mayo de 1921, en vísperas de su muerte, después de una grave operación: "Y si hubiera pasado a ese otro mundo, ¿a quién hubiese buscado?… A Aristóteles. ¡Ah, sería un hombre con quien hablar! Qué satisfacción verlo tomar, como riendas entre sus dedos, la larga cinta de la vida del hombre y seguirla a través del laberinto mistificador de toda la maravillosa aventura… Lo que estaba torcido, enderezado. El plano de Dédalo simplificado por una mirada desde ba… esfumado, podría decirse, por el toque de un pulga magistral que hubiera hecho de toda esa cosa intrincada, fluctuante, una sola y bella línea recta".

Verso 819: jugando a un juego de mundos

Mi ilustre amigo mostraba una predilección infantil por toda clase de juegos de palabras y especialmente por lo que se llama el golf verbal. Era capaz de interrumpir el curso de una conversación polifacética para entregarse a ese pasatiempo particular y naturalmente hubiera sido grosero de mi parte negarme a jugar con él.

Verso 822: matando a un rey balcánico

Desearía ardientemente poder decir que el texto del borrador era:





matando a un rey de Zembla

…pero ay, no es así: Shade no conservó la ficha en que figuraba el borrador.

Verso 830: Sybil, tengo

Esta rima rara ( Sybil, it is, possibilities) viene a coronar como una apoteosis todo el canto y a sintetizar los aspectos contrapuntísticos de sus "accidentes y posibilidades".

Versos 835-838: Ahora espiaré, etc.

El canto, iniciado el 19 de julio en la ficha sesenta y ocho, se abre con un shadismo típico: la hábil disposición de varias frases que repercuten unas en otras en un revoltijo de encabalgamientos. En realidad la promesa hecha en esos cuatro versos no se cumplirá verdaderamente, salvo la repetición de su ritmo encantatorio en los versos 915 y 923-924 (que conduce al salvaje ataque en los versos 925-930). El poeta como un gallo fogoso parece batir las alas para prepararse al estallido de la supuesta inspiración, pero el sol no sale. En lugar de la poesía salvaje que se había prometido, encontramos una o dos bromas, algo de sátira y al final del canto, una irradiación maravillosa de ternura y reposo.

Versos 841-872: dos modos de componer

En realidad tres, si contamos el muy importante método que consiste en fiarse del relámpago y la flauta del mundo subliminal y de su "muda orden" (verso 871).

Verso 873: Mi mejor momento

Cuando mi querido amigo empezaba con este verso su paquete de fichas del 20 de julio (de la ficha setenta y uno a la ficha setenta y seis, terminando en el verso 948), Gradus, en el aeropuerto de Orly, subía a bordo de un avión a reacción, se ajustaba el cinturón, leía un diario, se elevaba, planeaba, profanaba el cielo.

Versos 887-888: Como mi biógrafo quizá es demasiado grave o sabe demasiado poco

¿Demasiado grave? ¿Que sepa demasiado poco? Si mi pobre amigo hubiera podido adivinar quién sería, se hubiese ahorrado esas conjeturas. En realidad tuve el placer y el honor de ser testigo (una mañana de marzo) del espectáculo que describe en los versos siguientes. Yo iba a Washington y justo antes de partir recordé que me había pedido que mirara algo en la Biblioteca del Congreso. Oigo con tanta claridad en el oído de mi espíritu la voz fría de Sybil diciéndome: -Pero John no puede verlo, está en el baño -y el rugido ronco de John desde el cuarto de baño-: ¡Déjalo entrar, Sybil, no me va a violar! -Pero ni él ni yo pudimos recordar qué era ese algo.