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vino después, luego Copa de Hebe , último carro

en ese carnaval mojado, porque ahora llamo 960

a todo "Poemas", y no me exaspera más.

(Pero esta charla transparente exige

algún título lunar. ¡Ayúdame, Will! Pálido Fuego .)

Suavemente el día ha pasado en un ligero murmullo

de sostenida armonía. El cerebro está vacío,

y una espiga marrón y el sustantivo que yo quería

usar, pero rechacé, se secan en el cemento.

Quizá mi amor sensual por la conso

d'appui , hijo muerto de Eco, se basa

en el sentimiento de una vida fantásticamente planeada 970

y ricamente rimada.

Creo que entiendo

la existencia, o por lo menos una minúscula parte

de mi existencia, sólo a través de mi arte,

en términos de placer combinatorio;

y si mi universo privado se escande correctamente,

lo mismo ocurrirá con el verso de las galaxias divinas

del cual sospecho que es un yámbico.

Estoy razonablemente seguro de que sobrevivimos

y de que mi tesoro vive en alguna parte,

como estoy razonablemente seguro de que 980

mañana me despertaré a las seis, el veintidós de julio

de mil novecientos cincuenta y nueve,

y de que el tiempo será probablemente bueno.





Entonces que me dejen poner este despertador,

bostezar y devolver los "Poemas" de Shade a su anaquel.

Pero todavía no es hora de acostarse. El sol

alcanza las dos últimas ventanas del viejo Dr. Sutton.

Ese hombre tendrá… ¿cuántos años? ¿Ochenta? ¿Ochenta y dos?

Me doblaba en edad el año que me casé contigo.

¿Dónde estás? En el jardín. Veo 990

parte de tu sombra cerca del nogal.

En alguna parte juegan con el herrón. Clik. Clank

(la herradura apoyada contra el farol como una borracha).

Una sombría Vanessa de raya carmesí

gira en el sol bajo, se posa en la arena

y muestra sus alas de puntas azul negro manchadas de blanco.

Y a través de la sombra fluida y de la luz menguante,

un hombre, indiferente a la mariposa

- el jardinero de algún vecino, supongo-, pasa,

remonta el sendero empujando una carretilla vacía.

COMENTARIOS

Versos 1-4: Yo era la sombra del picotero asesinado, etc.

En esos primeros versos la imagen se refiere evidentemente a un pájaro que se estrella, en pleno vuelo, contra la superficie externa de un vidrio donde un cielo reflejado, con su color apenas más oscuro y una nube apenas más lenta, da la ilusión del espacio continuo. Podemos imaginarnos a John Shade al comienzo de su adolescencia, un muchachito de un físico sin atractivo pero por otra parte admirablemente desarrollado, que experimenta el primer choque escatológico cuando con dedos incrédulos recoge del césped el cuerpo ovoide y compacto y contempla las rayas rojo cera que adornan esas alas gris marrón y las graciosas plumas de la cola con la punta amarillo brillante como pintura fresca. Cuando tuve la suerte de ser vecino de Shade, durante el último año de su vida, en las idílicas colinas de New Wye (véase Prólogo), solía ver esos pájaros particulares alimentándose alegremente de las bayas azul pastel de los enebros que crecían en la esquina de su casa. (Véanse también versos 181-182.)

Mi conocimiento de las aves de jardín se había limitado a las del norte de Europa, pero un joven jardinero de New-, Wye en quien yo estaba interesado (véase nota al verso 998), me ayudó a identificar los perfiles de no pocos de esos pequeños extranjeros de aspecto tropical y sus cómicos llamados; y naturalmente, cada cima de árbol dirigía su línea punteada hacia el tratado de ornitología que estaba sobre mi escritorio al cual me lanzaba yo desde el césped en nomenclatúrica agitación. ¡Qué difícil me resultaba aplicar el nombre de "petirrojo' al impostor suburbano, el ave grosera, con su librea descuidada de un rojo opaco y esa fruición repugnante con que consumía largos, tristes, pasivos gusanos!

Dicho sea de paso, es curioso observar que un pájaro con cresta, llamado en zemblano sampel("cola de seda"), muy parecido al picotero por su forma y su color, es el modelo de una de las tres criaturas heráldicas (las otras dos son un reno natural y un tritón azur con crin de oro) del escudo de armas del rey zemblano Charles el Bienamado (nacido en 1915), cuyos gloriosos infortunios comenté tantas veces con mi amigo.

El poema fue empezado en el centro justo del verano, pocos minutos después de la medianoche del 1o de julio, mientras yo jugaba al ajedrez con un joven iranio matriculado en nuestros cursos estivales; y no me cabe duda de que nuestro poeta hubiera comprendido la tentación de sincronizar cierto hecho fatídico, la partida de Zembla del pretendido regicida Gradus, y esa fecha. En realidad Gradus salió de Onhava en el avión de Copenhague el 5 de julio.