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Durante un momento todos callaron. Gimli volvió a llenar la pipa.

—Hay algo que me intriga —dijo, mientras la encendía con yesca y pedernal—: Lengua de Serpiente. Tú le dijiste a Théoden que estaba con Saruman. ¿Cómo llegó hasta Orthanc?

—Ah, sí, me había olvidado de él —dijo Pippin—. No llegó aquí hasta esta mañana. Acabábamos de encender el fuego y de preparar el desayuno cuando Bárbol reapareció. Oímos cómo zumbaba y nos llamaba.

”«He venido sólo a ver cómo estáis, mis muchachos —dijo—, y a traeros algunas noticias. Los Ucornos han regresado. Todo marcha bien: ¡sí, muy bien en verdad!» Rió, y se palmeó los muslos. «No más orcos en Isengard, ¡no más hachas! Y llegarán gentes del sur antes que acabe el día; gentes que quizá os alegre volver a ver.»

”No bien había dicho estas palabras, cuando oímos un ruido de cascos en el camino. Nos precipitamos fuera de las puertas, y me detuve a mirar, con la certeza de ver avanzar a Trancos y Gandalf cabalgando a la cabeza de un ejército. Pero el que salió de la bruma fue un hombre montado en un caballo viejo y cansado; y también él parecía ser un personaje extraño y tortuoso. No había nadie más. Cuando salió de la niebla y vio ante él toda aquella ruina y desolación, se quedó como petrificado y boquiabierto, y la cara se le puso casi verde. Estaba tan azorado que al principio ni siquiera pareció advertir nuestra presencia. Cuando por fin nos vio, dejó escapar un grito, y trató de que el caballo diera media vuelta para huir al galope. Pero Bárbol dio tres zancadas, extendió un brazo larguísimo, y lo levantó de la montura. El caballo escapó aterrorizado, y el jinete fue a parar al suelo. Dijo ser Gríma, amigo y consejero del rey, y que había sido enviado con mensajes importantes de Théoden para Saruman.

”«Nadie se atrevía a cabalgar por campo abierto plagado como está de orcos inmundos —dijo—, y me enviaron a mí. Y el viaje ha sido peligroso y estoy hambriento y cansado. Tuve que desviarme hacia el norte, lejos de mi ruta, perseguido por los lobos.»

”Advertí las miradas de soslayo que le echaba a Bárbol, y dije para mis adentros «mentiroso». Bárbol lo observó con su mirada larga y lenta durante varios minutos, hasta que el desdichado se retorció por el suelo. Entonces, al fin, habló Bárbol: «Ah, hm, a ti te esperaba, señor Lengua de Serpiente». Al oírse llamar así, el hombre se sobresaltó. «Gandalf llegó aquí primero, de modo que sé de ti todo cuanto necesito saber, y sé también qué he de hacer contigo. Pon todas las ratas juntas en una ratonera, me dijo Gandalf: y eso es lo que haré. Yo soy ahora el amo de Isengard, pero Saruman está encerrado en la torre; y puedes ir allí y darle todos los mensajes que se te ocurran.»

”«¡Dejadme ir, dejadme ir! —dijo Lengua de Serpiente—. Conozco el camino.»

”«¡Conocías el camino, no lo dudo! —dijo Bárbol—. Pero las cosas han cambiado un poco por estos sitios. ¡Ve y verás!»

”Soltó a Lengua de Serpiente, que echó a andar cojeando a través de la arcada, seguido de cerca por nosotros, hasta que llegó al interior del círculo y pudo ver las inundaciones que se extendían entre él y Orthanc. Entonces se volvió a nosotros.

”«Dejadme ir —lloriqueó—. ¡Dejadme ir! Ahora mis mensajes son inútiles.»

”«En verdad lo son —dijo Bárbol—. Pero tienes una alternativa: quedarte aquí conmigo hasta que lleguen Gandalf y tu señor; o atravesar el agua. ¿Por cuál te decides?»





”Al oír nombrar al rey el hombre se estremeció; puso un pie en el agua, y lo retiró en seguida. «No sé nadar», dijo.

”«El agua no es profunda —dijo Bárbol—. Está sucia, pero eso no te hará daño, señor Lengua de Serpiente. ¡Entra de una vez!»

”Y allí fue el infeliz, cojeando y tropezando. Antes que lo perdiese de vista, el agua le llegaba casi al cuello. Cuando lo vi por última vez se aferraba a un viejo barril o un pedazo de madera. Pero Bárbol lo siguió durante un trecho, vigilándolo.

”«Bueno, allá va —dijo al volver—. Lo vi trepar escaleras arriba como una rata mojada. Aún queda alguien en la torre: una mano asomó y lo arrastró adentro. De modo que ya está allí, y espero que la acogida haya sido buena. Ahora necesito ir a lavarme para quitarme todo este fango. Estaré arriba, del lado norte, si alguien quiere verme. Aquí abajo no hay agua limpia para que un Ent pueda beber o bañarse. Así que os pediré a vosotros dos, muchachos, que vigiléis la puerta y recibáis a los que vengan. Estad atentos, pues espero al Señor de los Campos de Rohan. Tenéis que darle vuestra mejor bienvenida: sus hombres han librado una gran batalla con los orcos. Tal vez conozcáis mejor que los Ents las palabras con que conviene recibir a tan noble señor. En mis tiempos, hubo muchos señores en los campos, pero nunca aprendí la lengua de esos señores, ni supe cómo se llamaban. Querrán alimentos de hombres y vosotros entendéis de esas cosas, supongo. Buscad pues lo que a vuestro entender es bocado de reyes, si podéis.» Y éste es el final de la historia. Aunque me gustaría saber quién es ese Lengua de Serpiente. ¿Era de veras consejero del rey?

—Era —dijo Aragorn—, y también espía y sirviente de Saruman en Rohan. El destino lo ha tratado como se merecía, sin misericordia. El ruinoso espectáculo de cuanto consideraba magnífico e indestructible ha de haber sido para él castigo suficiente. Pero temo que le esperen cosas todavía peores.

—Sí, no creo que Bárbol lo haya enviado a Orthanc por pura generosidad —dijo Merry—. Parecía encontrar un placer maligno en la historia, y se reía para sus adentros cuando se marchó a beber y bañarse. Nosotros estuvimos muy ocupados después de eso, buscando restos flotantes y yendo de aquí para allá. Encontramos dos o tres almacenes en distintos lugares, cerca de aquí, sobre el nivel de las aguas. Pero Bárbol mandó algunos Ents, y ellos se llevaron casi todos los víveres.

”«Necesitamos alimentos de hombres para veinticinco personas», dijeron los Ents, así que, como veis, alguien os había contado cuidadosamente antes de que llegarais. A vosotros tres, evidentemente, os incluían entre los grandes. Pero no habríais sido mejor atendidos que aquí. Conservamos cosas tan buenas como las otras, os lo aseguro. Mejores, pues no les mandamos bebidas.

”«¿Y para beber?», les pregunté a los Ents.

”«Tenemos el agua del Isen —respondieron—, y es tan buena para los Ents como para los Hombres.» Espero, sin embargo, que los Ents hayan tenido tiempo de hacer fermentar algunos brebajes en los manantiales de las montañas, y aún veremos cómo se le rizan las barbas a Gandalf, cuando esté de vuelta. Los Ents se fueron, y nos sentimos cansados y hambrientos. Pero no nos quejamos: nuestros esfuerzos habían sido bien recompensados. Fue durante la búsqueda de alimentos para hombres cuando Pippin descubrió el botín más preciado, estos barrilitos de Corneta. Pippin dijo que la hierba de pipa es mejor después de la comida y así termina la historia.

—Ahora lo entendemos todo perfectamente —dijo Gimli.

—Todo excepto una cosa —dijo Aragorn—: hierbas de la Cuaderna del Sur en Isengard. Más lo pienso y más raro me parece. Nunca estuve en Isengard, pero he viajado por estas tierras, y conozco muy bien las regiones vacías que se extienden entre Rohan y la Comarca. Ni mercancías ni personas han transitado por este camino durante largos años, no a la luz del día. Sospecho que Saruman tenía tratos secretos con alguien de la Comarca. No sólo en el Castillo del Rey Théoden hay Lenguas de Serpiente. ¿Viste alguna fecha en los barriles?