Добавить в цитаты Настройки чтения

Страница 67 из 94

- Bueno.. . ¿quieres que siga leyendo? -Hojeo la guía.

- Claro.

- La cápsula.. . eh.. . -No puedo concentrarme. El corazón se me acelera. Todo parece intensificarse de repente. Tengo una aguda conciencia de cada cosa que hago-. La rueda se desplaza.. . va girando.. . -Menudas tonterías. Cierro la guía y le sostengo la mirada resueltamente, procurando imitar su expresión impertérrita y aparentando que no pasa nada.

Pero pasan muchas cosas: me sube a la cara un calor repentino; se me eriza el vello de la nuca; sus ojos taladran los míos, como si pretendieran llegar al fondo de los fondos, y me provocan un extraño hormigueo.. . Bueno, en realidad, siento hormigueos por todas partes.

No entiendo cómo no me parecía atractivo. Creo que estaba un poco ciega.

- ¿Pasa algo? -musita.

- N.. . no lo sé. -Apenas puedo hablar-. ¿Pasa?

Se acerca y me acaricia la barbilla, como sondeando el terreno. Luego se inclina, me coge suavemente la cabeza con ambas manos y me besa. Su boca es dulce y cálida; me raspa la piel con su barba incipiente, pero a él no parece importarle y.. . ay, Dios. ¡Sí! ¡Por favor! Todos mis hormigueos se han convertido en una agitación incontenible. Cuando me rodea con los brazos y me estrecha contra él, dos pensamientos se abren paso en mi mente.

Es muy diferente de Josh.

Está buenísimo.

No tengo más pensamientos ahora mismo. O, en todo caso, no podrían llamarse pensamientos, sino deseo voraz.

Ed se separa finalmente, todavía con las manos en mi nuca.

- ¿Sabes?, esto no entraba en mi planes -dice-. Por si te lo estás preguntando.

- Tampoco en los míos -digo casi sin aliento-. En absoluto.

Vuelve a besarme y yo cierro los ojos mientras exploro su boca con la mía y aspiro su fragancia. Me pregunto cuánto más va a durar el billete del London Eye. Como leyéndome el pensamiento, él me suelta por fin.

- Quizá debiéramos contemplar la vista una vez más -dice con una risita-. Antes de aterrizar.

- Sí, supongo que sí. -Sonrío de mala gana-. Ya que hemos pagado la entrada.

Cogidos de la cintura, nos volvemos hacia el tabique transparente. Y entonces doy un grito.

Planeando fuera de la cápsula, Sadie nos mira con ojos asesinos y desorbitados.

Nos ha visto. Nos ha visto besándonos.

Mierda. ¡Mierda! El corazón me palpita enloquecido. Atraviesa la cápsula echando chispas por los ojos y yo retrocedo tambaleante, como si estuviese viendo un fantasma terrorífico.

- ¿Lara? -Ed me mira, asustado-. Lara, ¿qué te pasa?

- ¡¿Cómo has podido?! -El chillido despechado de Sadie me obliga a taparme los oídos-. ¡Traidora!

- Yo.. . yo.. . ha sido.. . -Trago saliva, pero sólo consigo farfullar. Quisiera decirle que no había planeado nada de esto, que no es lo que ella piensa.. .

- ¡Te he visto!

Suelta un sollozo atroz, gira en redondo y desaparece.

- ¡Sadie! -Voy tras ella y me pego al tabique, tratando de verla entre las nubes, o en las aguas del Támesis, o entre la muchedumbre que aguarda abajo.

- ¡Lara, por Dios! ¿Qué sucede? -Ed parece totalmente flipado y advierto que los demás pasajeros han dejado de contemplar el paisaje para mirarme, estupefactos.

- ¡Nada! -acierto a decir-. Perdona. Es que.. . estaba.. . -Me rodea con un brazo y me echo atrás-. Ed, perdona, no puedo.. .

Tras una pausa, retira el brazo.

- Está bien.

Ya hemos llegado abajo. Sin dejar de lanzarme miradas inquietas, me guía fuera de la cápsula hasta suelo firme.

- Bien, regreso a la tierra. -Su tono es jovial, pero sigue atónito-. ¿Qué pasa?

- No puedo explicártelo -digo afligida. Oteo a la desesperada, buscando a Sadie.





- ¿No te iría bien una visita a la Antigua Taberna Starbucks?

- Lo siento. -Dejo de buscar y me concentro en su rostro preocupado-. Lo siento, Ed. No puedo.. . hacer esto. Ha sido un día maravilloso, pero.. .

- Pero.. . ¿no ha salido como habías planeado? -aventura.

- ¡No, no es eso! -Me froto la cara-. Es.. . muy complicado. Primero tengo que aclararme yo.

Lo miro, esperando que me comprenda, al menos un poco. Y que no me tome por una chiflada.

- Entiendo -asiente-. Las cosas no son sencillas. -Vacila y me acaricia el brazo un instante-. Dejémoslo aquí. Ha sido un gran día. Gracias, Lara, por todo el tiempo que me has dedicado tan generosamente.

Ahora se ha refugiado en su estilo formal y caballeroso. Toda la calidez y jovialidad anterior se han desvanecido. Es como si fuéramos dos simples conocidos. Se está protegiendo a sí mismo, comprendo con una punzada de angustia. Se está encerrando otra vez en su túnel.

- Ed, quiero volver a verte -digo con desesperación-. Una vez que las cosas.. . se hayan aclarado.

- Por supuesto. -Pero no me cree-. Deja que te pida un taxi. -Escudriña la calle y advierto que su expresión ceñuda ha reaparecido, dibujándole trazos de decepción en la cara.

- No te preocupes. Me quedaré un rato por aquí, a ver si me despejo un poco. -Sonrío-. Gracias. Por todo.

Me hace un gesto con la mano y se aleja entre la multitud. Me quedo mirándolo, deshecha. Ed me gusta. Mucho. Y ahora se siente herido. También yo. Y también Sadie. Menudo desastre.

- ¿Así que esto es lo que haces a mis espaldas?

Me llevo una mano al pecho al oírla. ¿Es que me ha estado esperando todo el rato?

- ¡Víbora mentirosa! ¡Traidora! He venido a ver cómo te iba con tu novio. ¡Con Josh!

Revolotea ante mí tan encendida y fuera de sí que retrocedo instintivamente.

- Perdona -balbuceo-. Perdóname por haberte mentido. No quería reconocer que Josh y yo habíamos roto. Pero no soy una traidora. No pretendía que Ed y yo acabáramos besándonos. No lo había planeado.. .

- ¡Me importa un bledo si lo habías planeado o no! -chilla-. ¡No te atrevas a ponerle la mano encima!

- Sadie, lo siento mucho.. .

- ¡Yo lo encontré! ¡Yo bailé con él! ¡Es mío! ¡Mío! ¡¡¡Míííío!!!

Está tan convencida de sus derechos y tan furiosa que ni siquiera me escucha. Y de repente, más allá de la culpa, me enfurezco.

- Pero ¡cómo va a ser tuyo si tú estás muerta! -me oigo gritar-. ¿Es que aún no lo has comprendido? ¡Estás muerta! ¡Él ni siquiera sabe que existes!

- Ya lo creo que sí. -Acerca su rostro al mío con una mirada asesina-. ¡Puede oírme!

- ¿Y qué? No por eso va a conocerte, ¿verdad? ¡Eres un fantasma! ¡Un fantasma! -Toda mi frustración explota-. ¡Mira quién habla de la gente que se engaña a sí misma! ¡Mira quién habla de afrontar la realidad! ¡No paras de decirme que siga adelante! ¿Qué tal si tú también sigues adelante?

Incluso mientras pronuncio estas palabras, advierto cómo podrían malinterpretarse. Ojalá pudiera retirarlas. Un temblor cruza el rostro de Sadie, como si la hubiera abofeteado. No puede creer que me haya referido a.. .

Ay, Dios.

- Sadie, yo no.. . no.. . -Me aturullo y no sé muy bien qué quiero decir.

Sadie adopta una repentina expresión vacía y mira hacia el río como si ya apenas me viese.

- Tienes razón -admite por fin. Toda la energía de antes parece haberla abandonado-. Sí, tienes razón. Estoy muerta.

- No, no.. . Quiero decir.. . Bueno, sí, quizá lo estés. Pero.. .

- Estoy muerta. Se acabó. Tú no me quieres a tu lado. Él tampoco. ¿Qué sentido tiene seguir? Todo ha terminado.

Se aleja hacia el puente de Waterloo y desaparece de mi vista. Corro tras ella, atormentada por la culpa, y subo las escaleras. La diviso hacia la mitad del puente y acelero para alcanzarla. Se ha quedado inmóvil mirando la catedral de San Pablo -una figura esbelta, destacándose en el ambiente gris- y no parece advertir mi presencia cuando llego a su lado.

- ¡Cálmate, Sadie! -El viento casi ahoga mi voz-. ¡Nada ha terminado! ¡He hablado sin pensar! ¡Estaba enfadada! ¡Decía tonterías.. . !

- No. Tienes razón -replica sin volver la cabeza-. Me he engañado a mí misma, como tú. Creía que podría divertirme por última vez en este mundo. Que podría conseguir una amistad, dejar alguna huella.. .