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Si he triunfado, todavía hay trabajo que hacer para mantener la mano sobre el timón. Las situaciones cambian constantemente.
Si no he hecho nada, preveo una guerra que puede representar el fin de la humanidad: hay demasiada gente que reside sólo en dos planetas y depende demasiado de centros de producción demasiado escasos. Somos demasiado jóvenes en el espacio, nuestros sistemas de mantenimiento y sostén son demasiado frágiles, y nuestros sistemas de valores todavía contienen elementos del hacha de piedra y la espada.
Esta convicción es la única segundad moral que tendré hasta el final.
Estudia las Guerras de las Compañías. Estudia la historia de la Tierra. Estudia las cosas que somos capaces de hacer.
Tu acceso de Seguridad tiene efectividad en el Departamento de Ciencias desde hoy, con rango de jefe de Departamento, en el Territorio Administrativo Reseune.
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VI
—No, ser —dijo Ari, con las manos cruzadas sobre la mesa.
Los micrófonos recogían su voz y la trasmitían aumentada, una caricatura de la voz de una jovencita. Estaba sola en una mesa frente a los Nueve. El tío Giraud en el sillón de Ciencias; y Nasir Harad y Nguyen Tien; Ludmilla de Franco; Je
—No, ser. No voy a darle una transcripción. Ya he explicado por qué. No sería todo. Y eso es peor que nada. Les estoy diciendo lo importante. El almirante Azov envió la colonia aunque Ari le advirtió que no debía hacerlo; ella estaba en contra porque se daba cuenta de que era demasiado peligroso. Y él siguió adelante. Esto es lo importante... Déjeme continuar... —dijo cuando Corain la interrumpió—. Por favor.
—No creo que vaya a olvidar lo que quiere decir —espetó Corain, seco.
El martillo de Harad golpeó sobre la mesa.
—Continúe, joven sera.
—Esto es importante. Esto es lo más importante. El almirante Azov le pidió a mi predecesora una colonia en ese mundo porque el planeta se parecía a la Tierra y porque estaba cerca de Pell. Defensa quería asegurarse de que si la Alianza llegaba ahí al cabo de cincuenta o cien años, encontraría un planeta lleno de gente de la Unión, o un desastre ecológico que contaminaría el planeta con enfermedades compatibles con los seres humanos.
Eso perturbó al Concejo. Inclinaron las cabezas y el martillo volvió a bajar.
—Dejen terminar a la muchacha.
—Eso está en las notas. Querían que Reseune se encargara del proyecto. Querían que Ari diseñara una cinta para que los azi pertenecieran a la Unión para siempre, pasara lo que pasase, y que causaran problemas dentro de la Alianza cuando la Alianza los recogiera. Ari trató de decirles que eso era una locura. Pero no le hicieron caso.
»Así que Ari atendió sus demandas y solicitó material inmunológico, no sé qué, pero mi tío hablará de eso. Lo que hicieron fue usar virus para transferir material, y eso se hizo de una forma muy parecida a la que se utiliza para el tratamiento genético. Y recogieron cosas que esperaban ayudaran al sistema inmunológico de los colonos, pero había otro contratista en el que Ari no confiaba y no sabía si no iban a arrojar algo en Gehe
—¿Conoce el nombre de ese contratista? —preguntó Corain.
—Era Laboratorios Fletcher. En mayo de 2352. Es todo lo que ella llegó a averiguar.
Eso puso nerviosos a los del Concejo. Llegó una ayudante y habló con Khalid. Otros también aprovecharon la oportunidad.
—Pero ella estaba a cargo de organizar la colonia —objetó Corain un momento después, cuando las cosas se calmaron—. Describa su actuación,
—Ella debía elegir a los azi y entrenarlos; y también diseñó la cinta principal de instrucciones. Querían que Ari hiciera cosas ilegales como introducir instrucciones escondidas. Ella diseñó la cinta profunda de instrucción primaria y preparó los contratos de los azi, de modo que si desaparecían los CIUD, sintieran que el contrato lo tenía el mundo mismo.
—Quiere decir que no tuvo en cuenta las órdenes de Defensa.
—Si hubiera obedecido a los militares, toda la colonia habría muerto, o en caso de sobrevivir, las enfermedades de la tercera o cuarta generación hubieran sido muy peligrosas, los psicogrupos interactúan con el medio, ya saben. Ellos no quisieron escucharla.
—Tiempo —dijo el presidente Harad—. Canciller Chávez, de Economía.
—Usted considera que está calificada para presentar esta declaración —dijo Chávez, que en realidad, seguía con la misma pregunta.
—Ser, eso es evidente.
—No me importa si le parece evidente —replicó Chávez—. Usted está atribuyendo motivos constantemente, está atribuyéndoselos a personas de las cuales usted sólo conoce a una, y no me queda claro cuándo está citando y cuándo interpreta. Estoy hablando de su predecesora, joven sera, que es la persona sobre cuyas notas se supone que está usted testificando. No estamos interesados en sus propias interpretaciones de esas notas.
—Sí, ser. —Ari respiró hondo y ocultó la rabia detrás de una mirada dócil—. No voy a explicar nada, entonces.
—Sugiero que respete a este cuerpo de representantes, joven sera. Acaba de obtener la mayoría de edad; eso significa, joven sera, que está obligada a portarse como una persona adulta.
Ella miró al canciller Chávez, volvió a unir las manos y se quedó sentada allí.
—Siga, joven sera —invitó Harad.
—Gracias, ser presidente. Lo lamento; explicaré las cosas sólo si ustedes me lo piden. Las notas de Ari no son técnicas; dijo, y ahora cito: «Defensa insistió. Les expliqué los problemas de las interacciones ecológicas con todo detalle. Los mismos psiquiatras de Defensa trataron de hacerles comprender mis argumentos; por desgracia, los almirantes ya habían tomado su decisión: el sistema de la carrera militar hace muy difícil, casi imposible, que un burócrata del Departamento de Defensa se desdiga de una posición. Aunque...»
—Joven sera —la interrumpió Chávez—. Este Concejo tiene un tiempo limitado. ¿Podríamos omitir las observaciones profanas de la ex canciller?
—Sí, ser.
—Continúe.
—Ésa era la respuesta.
—No ha contestado todavía. Voy a repetirle la pregunta. ¿Cuál fue, específicamente, el argumento que esgrimió Emory frente a Defensa?
—No puedo contestar sin una explicación.
—¿Qué dijo Emory?
—Dijo que no debían hacerlo porque el medio afectaría los psicogrupos y no se podría readaptar la cinta para la situación. Y Defensa no tenía datos suficientes sobre el medio del planeta. Ésta era la primera razón por la que ella pensaba que estaban locos.
—Ella sabía eso cuando hizo el diseño original. ¿Por qué lo realizó entonces?
—Porque lo llevó a cabo durante la Guerra. Si la humanidad se hubiera eliminado a sí misma del espacio y hubiera tomado los planetas también, ése era un lugar donde la humanidad podía haber sobrevivido. Era muy peligroso, pero eso no importaba si ellos eran los únicos que quedaban.
—¿Cuál era el peligro?
—Si lo repito, usted se enfadará.
—Dígalo.
—Dejar que funcionara un psicogrupo en un medio desconocido. ¿Quiere que explique técnicamente por qué es peligroso?
Los expansionistas rieron disimuladamente. Hasta Tien, que era un centrista.
—Explíquelo —pidió Chávez, demostrando una paciencia sorprendente. Ella decidió que después de todo, le gustaba aquel hombre. No era estúpido. Y sabía retroceder cuando lo atrapaban.
—La cinta profunda es realmente simple y general: tiene que ser así. Si usted hace que una agresión forme parte del grupo y están en un medio amenazador, expandirán la agresión por encima de cualquier otra cosa, y la violencia proliferará a través de los grupos hasta la superficie. Si pone un bloqueo contra la violencia, podría proliferar igualmente y tal vez no pudieran defenderse. La cinta profunda va muy abajo, hasta el punto de determinar cómo reaccionará una persona cuando algo la asusta. Llega a la base de los grupos lógicos. Y casi tiene que ser levemente ilógica, porque si se toma como base la lógica pura, el sujeto no reaccionará hasta entender lo que pasa. Los grupos profundos son una desventaja para todo lo que representa lucha o fuga. Y otras cosas semejantes. Y el Departamento de Defensa no dio ninguna posibilidad a Ari senior de diseñar grupos profundos que pudieran ser mucho más adecuados para Gehe