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Al final pronunciaré sólo una Palabra, que estará relacionada con la humanidad. No sé si alguien la entenderá. Tengo una esperanza muy concreta de que alguien lo haga. Esta es la dimensión emocional. Pero si triunfo, mi sucesor hará algo que yo sólo puedo intuir; en cierto sentido, lo estoy haciendo porque mi parte del camino forma parte del todo. Pero la carne necesita descanso de las visiones. La vida es corta, incluso la vida extendida por la rejuv. Les diré la Verdad. Alguien, algún día, entenderá mis notas.

Esa soy yo, hablando en un lenguaje que ni siquiera otro Especial puede comprender porque su Belleza es diferente y transcurre por otro camino. Si usted es religioso tal vez piense que hemos visto lo mismo. O que llegaremos a lo mismo. Yo no estoy tan convencida. Somos dados de Dios. Para contestarle a otro Especial.

Le he confiado a usted más de lo que nunca he revelado a ningún periodista porque usted me formuló la mejor pregunta. Lamento no poder contestarle en palabras fáciles. Ahora, el ciudadano medio es capaz de entender a Platón y algunos hasta a Einstein. La mayoría de los científicos todavía tienen que entender a Bok. Dentro de algunos siglos usted sabrá lo que yo sé hoy. Pero la humanidad en el macrocosmos es sabia, porque en la masa usted es tan visionario como cualquier Especial; usted me da mi libertad, y yo pruebo la validez de su razonamiento.

P: Y no puede interpretar esa cosa que ve...

R: Si pudiera lo haría. Si existieran palabras para describirla, no sería lo que soy.

P: Usted trabaja desde hace décadas en la legislatura. ¿No es una pérdida de tiempo? ¿No es un trabajo del que pueden encargarse otros?

R: Buena pregunta. No. No en este momento. No en este lugar. Las decisiones que tomamos son muy importantes. Los hechos de las últimas cinco décadas lo prueban. Y necesito el contacto con la realidad. Yo me beneficio, de una forma espiritual, por así decirlo. En cierto sentido, esto afecta mis sistemas bioquímicos personales y los mantiene en equilibrio. No es aconsejable para el organismo dejar que lo abstracto crezca por dentro sin controlar las percepciones. En términos más simples, es un remedio contra el aislamiento intelectual y un servicio que hago a mis vecinos. Un matemático abstracto probablemente ni siquiera alcance el conocimiento de nuestro miembro más joven del Concejo acerca del mercado interestelar a largo plazo o los pros y los contras de un sistema de sanidad para los comerciantes de las estaciones de la Unión. Por la naturaleza de mi trabajo, yo entiendo todo eso, y me preocupa la sociedad humana. Sé que la gente critica el sistema del Concejo porque hace perder el tiempo de los expertos. Si proveer la opinión de los expertos sobre la sociedad en la que vivimos representa una pérdida de tiempo, ¿para qué servimos? Claro que algunos teóricos no pueden comunicarse fuera de su campo. Pero otros sí, y deberían hacerlo. Usted ha visto cómo discuten los expertos. A veces es porque uno de nosotros no entiende alguna cuestión de otro campo. Muchas veces es porque el mejor pensamiento en dos campos no soluciona un problema de efectos prácticos, y ése, precisamente, es el punto que la gente enzarzada en la discusión debería conocer a fondo. En el Concejo se proponen algunas ideas interdisciplinarias muy útiles; y en reuniones privadas, a veces se da una fusión de cuerpos separados de conocimiento que en realidad constituyen la base de ese experimento social único que llámanos Unión.

Ése es un aspecto de la simplicidad que yo puedo explicar con simplicidad: los intereses de todos los seres humanos están unidos unos con otros, el mío también, y la política no es más que una expresión temporal de la matemática social.

I

—Este timbre tiene que sonar una vez cuando presiones el botón de la izquierda y dos veces cuando presiones el de la derecha —dijo el supervisor y Florian oía mientras el problema le hacía recordar las cosas que él ya sabía. Por ahora iba a ser fácil instalar los cables—. Pero... —Aquí venía el verdadero problema, se dijo Florian—. Pero tienes que montarlo de manera que si presionas el de la izquierda primero, no funciona, y si presionas dos veces el de la derecha, no suena hasta que presiones el de la izquierda. La velocidad es importante, al igual que el orden. Vete.

Había partes del aparato y herramientas sobre la mesa. Florian buscó lo que necesitaba. No era demasiado difícil.

El trabajo siguiente era el proyecto de otro. Y uno tenía que mirar el tablero y decirle al instructor lo que hacía el mecanismo.

Los dedos de Florian eran muy rápidos. Lo haría en menos del tiempo señalado. Con facilidad. Lo siguiente era más difícil. La tercera tarea siempre era hacer algo para otro. Tenía quince minutos para lograrlo.

Le dijo al instructor lo que era.

—Dime cómo fabricarías eso —le pidió el instructor. Y él respondió.

El instructor lo miró con mucha seriedad y dijo:



—Florian, vas a tener que estudiar el doble en cinta. Florian se desilusionó.

—Lo lamento. ¿No funciona?

—Claro que sí —le tranquilizó el instructor y le sonrió—. Pero no puedo darle eso a nadie en este nivel. Estudiarás el doble la parte básica y veremos qué hacemos después. ¿De acuerdo?

—Sí —dijo Florian. Claro que sí. Pero estaba preocupado. Estaba trabajando mucho con mayores. Resultaba difícil, llevaba mucho tiempo y seguían insistiendo en que tomara su tiempo de rec a pesar de que él hubiera preferido seguir trabajando.

Ya era tarde y Andy le fruncía el ceño y lo ayudaba más de lo que Florian hubiese deseado.

Pensó que debería hablarle al supervisor sobre eso. Pero los supervisores se ponían contentos cuando él trabajaba mucho. Todavía podía hacerlo aunque estaba cansado, aunque se tiraba en su litera por la noche y ni siquiera podía recordar cómo había llegado hasta allí.

El instructor le dijo que podía irse y llegó tarde de nuevo. Andy le dijo que los cerdos no sabían sus horarios y que había tenido que darles de comer él.

—Yo voy a hacer lo del agua —se ofreció Florian y reemplazó a Andy en eso. Era justo. Hizo que Andy estuviera contento.

Lo hizo tan feliz que Andy lo dejó almohazar el caballo con él y llegar hasta el corral especial donde tenían a la cría, que era una hembra, protegida de todo y alimentada con un balde que había que sostener entre las manos. Florian todavía no era lo suficientemente grande para hacerlo. Uno tenía que bañarse y cambiarse de ropa y ser muy cuidadoso porque le estaban dando tratamientos a la cría, tratamientos que sacaban del caballo. Pero no estaba enferma. Jugaba a perseguirlos y después les olía los dedos y jugaba de nuevo.

Florian se había puesto muy contento cuando Andy le dijo que los caballos no eran para comer.

—¿Para qué son? —le había preguntado él, con miedo. Podía haber otras respuestas malas.

—Son Experimentales —había respondido Andy—. No estoy seguro. Pero dicen que son animales de trabajo.

Los cerdos también eran animales de trabajo algunas veces. Eran hábiles en oler las malezas nativas que volaban y echaban raíces, y eran muy inteligentes porque no comían lo que encontraban. Había azi que los llevaban caminando por todos lados, todos los días, entre los corrales y los campos, cerdos que nunca serían panceta, y arrancaban todo lo que había entrado en los corrales. Las máquinas olfateadoras eran buenas, pero Andy decía que los cerdos eran mejores en muchos sentidos.

Eso era lo que querían decir las cintas, pensó Florian, cuando afirmaban que una de las primeras Reglas de todas las Reglas era encontrar formas de ser útil.