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—¿Amy es mi prima? —Ari estaba enfadada. La gente tenía primos. Quería decir que tenían parientes. La vieja horrenda ésa, Amelie Carnath no le gustaba nada como pariente.

—¿Dónde está mi papá?

—Murió, mi niña. Murió antes de que nacieras.

—¿Ollie no podría ser mi papá?

—No, cariño. Está en rejuv también.

—No tiene cabello blanco.

—Se lo tiñe, como yo.

Ésa era una noticia horrible. Ari no podía pensar en Ollie como en un viejo como mamá. Ollie era joven y guapo.

—Quiero que Ollie sea mi papá.

Mamá tuvo ese sentimiento de angustia otra vez. Lo sintió en los brazos de mamá. En la forma en que mamá respiraba.

—Bueno, pero tu papá era James Carnath. Era un científico como mamá. Era muy listo. De él sacas la mitad de tu inteligencia. Sabes que cuando vas a rejuv, y tal vez después quieras un bebé, debes poner tu grupo genético en el banco para que esté ahí cuando tú ya no puedas tener niños. Bueno, así es como pudimos hacerte aunque tu papá hubiera muerto hacía ya mucho. Y ahí estabas esperando, en el banco genético, todos estos años hasta que mamá estuvo lista para cuidar a un bebé.

—Ojalá lo hubieras hecho antes —murmuró Ari—. Entonces no serías tan vieja.

Mamá lloró.

Y Ari lloró, porque mamá estaba triste. Pero mamá la besó y la llamó cariño y dijo que la quería, así que Ari pensó que estaba bien, que estaría bien.

Lo pensó mucho. Siempre había creído que había salido de la panza de mamá. Estaba bien si mamá había querido que naciera de los tanques. Eso no la convertía en azi. Mamá se había ocupado de eso.

Era agradable haber nacido en el mismo lugar que Ollie. Le gustaba la idea. No le importaba quién fuera ese James Carnath. Era un Carnath. Qué asco. Como Amy.

Pensó que cuando Ollie era un bebé seguramente había tenido el cabello negro y había sido más bonito que Augusto.

Pensó que cuando creciera y fuera tan vieja como mamá, tendría su propio Ollie. Y tendría una Nelly.

Pero no una Fedra. Fedra era demasiado mandona.

No era necesario tener un azi si no se quería. Si nadie los pedía, no nacían.

Eso, para Fedra, que la perseguía. Cuando Augusto creciera, lo conseguiría para ella y sería Seguridad en su casa y diría buenos días, seracomo los de Seguridad hacían con mamá.

También tendría un Grant. Pelirrojo. Lo vestiría de negro como los azi y sería muy guapo. No sabía lo que haría con él, pero le gustaría tener un azi pelirrojo de todos modos.

Sería rica como mamá.

Sería hermosa.

Volaría en avión e iría a la ciudad y compraría kilos y kilos de ropa bonita y joyas como las de mamá, para que cuando fueran a Año Nuevo, todos le dijeran lo bien que le quedaban.

Y así buscaría a Valery y le diría que volviera. Y a sera Schwartz también.

Todos serían felices.



Texto literal de:

PATRONES DE CRECIMIENTO

UNA CINTA DE ESTUDIO SOBRE GENÉTICA: # 1

«Una entrevista con Ariane Emory»: II parte

Publicaciones pedagógicas de Reseune: 8970-8768-1,

aprobadas para 80 +

P: Doctora Emory, tenemos tiempo para algunas preguntas más, si no le importa.

R: Adelante.

P: Usted es uno de los Especiales. Hay quien afirma que tal vez sea una de las mentes más grandes que haya vivido en la historia de la humanidad, comparable con un Da Vinci, un Einstein y una Bok. ¿Qué piensa acerca de este tipo de comparaciones?

R: Me hubiera gustado conocerlos. Pienso que sería interesante. Creo que puedo adivinar su próxima pregunta.

P: ¿Ah, sí?

R: Pregúntela.

P: ¿Cómo se compara con otras personas?

R: Mmm. No es la que esperaba. Otras personas. No estoy segura de saberlo. Vivo una vida muy retirada. Siento mucho respeto hacia cualquiera que pueda manejar un camión en las partes deshabitadas o una nave espacial en el espacio exterior. O desenvolverse en el subte de Novgorod. (Risas.) Supongo que yo podría hacerlo. Nunca lo he intentado. Pero la vida siempre es complicada. No estoy segura de si me cuesta más planificar un genotipo de lo que les cuesta a otros que tienen la habilidad necesaria, hacer esas cosas que yo considero terriblemente difíciles.

P: Esto es interesante. Pero ¿le parece que manejar un camión tiene el mismo mérito? ¿Considera que debemos encomendar trabajos como ésos a Especiales? ¿Qué es lo que hace que usted sea importante?

R: Porque tengo un grupo de habilidades único. Nadie puede desempeñar mi trabajo. Eso es un Especial.

P: ¿Cómo se siente al ser un Especial?

R: Eso se parece más a la pregunta que pensé que iba a hacerme al principio. Ser un Especial es como ser un canciller u ocupar un cargo público: muy poca intimidad, mucha seguridad, más atención de lo que sería sensato.

P: ¿Puede explicar eso último «de lo que sería sensato»?

R: (Risas.) Una cierta publicación me pidió que detallara mis comidas favoritas. Un periodista me preguntó en una ocasión si creía en la reencarnación. ¿Es sensato todo esto? Soy una cirujano psíquica y una genetista, y de vez en cuando filósofa, quizás en este sentido la última pregunta podría considerarse más pertinente que la primera. Pero ¿qué diablos le importa todo eso al gran público? ¿Más que la ciencia, diría usted? No. En realidad los periodistas buscan una ecuación que encuentre un cierto equilibrio entre mi psique y su público ideal demográfico, que es un mito y una realidad. Lo que preguntan puede resultar muy aburrido para todos sin agradar del todo a ninguno, pero no importa: y eso me lleva finalmente a la pregunta que esperaba que me formulara.

P: Esto es desconcertante.

R: Hágala. Le diré si ya la hemos encontrado.

P: De acuerdo. Creo que llegamos a eso. ¿Es ésta? ¿Qué sabe usted que los demás no sepan?

R: Ah, me gusta mucho más. ¿Qué sabe? Es interesante. Nadie la había expresado así. ¿Le digo cuál es la pregunta que siempre me hacen? «¿Que sesiente al tener la habilidad de un Especial?» Quéme parece una pregunta mucho más inteligente. Mis sentimientos pueden expresarse en muy pocas palabras. Siento lo mismo que todos los que están aislados, son diferentes y capaces de entender la razón del aislamiento y la diferencia.

¿ Qué sé? Sé que soy relativamente prescindible en comparación con mi trabajo. Eso es lo que el periodista deja de lado, el que me pregunta qué tomo en el almuerzo. Mis gustos en vinos son una absoluta trivialidad, a menos que usted se interese en mi química biológica personal, y eso sí me interesa e importa, aunque desde luego tiene muy poco que ver con un artículo sobre la comida y los famosos, si es que tal artículo significa algo. Si ese periodista descubriera una auténtica relación entre el genio y los quesos, estaría muy interesada y querría entrevistarlo yo a. él.

Afortunadamente, mi personal me protege de los curiosos. El estado me separa de los demás porque el estado, la gente si usted quiere decirlo así, sabe que si me da libertad para trabajar, me pondré a ello por el trabajo mismo, porque soy monomaníaco. Porque tengo esa dimensión emocional que otros periodistas tratan de alcanzar, tengo un sentido estético acerca de lo que hago relacionado con eso que un Especial muy antiguo llamó la búsqueda de la belleza, creo que todos pueden entender eso, de una forma u otra. Esa vieja ecuación con la Verdad. Yo lo llamo Equilibrio.Y lo comparo con Simetría. Esa es la naturaleza de un Especial, y eso es lo que están buscando ustedes en realidad. La mente de un Especial trabaja con conceptos abstractos que trascienden las limitaciones de cualquiera de las lenguas existentes. Un Especial tiene una Visión Earga y una Visión Ancha, que abarca más de lo que un ser humano puede abarcar por sí mismo, simplemente porque el lenguaje comunicativo es propiedad de las masas. Y la Palabra, la Palabra con mayúscula, que el Especial ve, entiende, abarca en el sentido etimológico del término, es una Palabra al margen de la experiencia de cualquier persona anterior. Así que la llama Belleza.O Verdad.O Equilibrio o Simetría. Muchas veces se expresa a través del lenguaje muy flexible de la matemática; o si su disciplina no se expresa en ese medio, tiene que crear un significado especial para determinadas palabras dentro del contexto de su trabajo y tratar de comunicarse en el medio semántico que su idioma ha acumulado durante siglos. Mi lenguaje tiene componentes matemáticos, bioquímicos y semánticos: estudio sistemas bioquímicos, seres humanos, que reaccionan de forma previsible en el ámbito bioquímico ante estímulos que pasan a través de un sistema de receptores, elhardware de una sensibilidad bioquímica concreta; a través de un procesador bioquímico de eficiencia determinada, de nuevohardware, que depende de un sistema autoprogramable que también es bioquímico, y que produce unsoftware fabricado especialmente, capaz de recibir información de otro ser humano con un grado de especificidad limitado principalmente por elhardware, elsoftware y la semántica. No hemos empezado a hablar delhardware y elsoftware del segundo ser humano. Ni hemos abordado las complejas dimensiones de la cultura o la posibilidad de diseñar una matemática para los sistemas sociales, los juegos que los estudiosos de la estadística y los demógrafos desarrollan en su propio ámbito y yo desarrollo en el mío. Le diré que delego gran parte del trabajo con microestructuras a los investigadores que trabajan bajo mi dirección; he pasado más tiempo pensando que en el laboratorio. Estoy llegando a un grado de orden en este pensamiento que sólo puedo describir como un estado de simplicidad. Una simplicidad muy amplia. Hay aspectos que no parecían estar relacionados y que sí lo están. Poner estas cuestiones en orden constituye una sensación muy placentera que conduce al pensador hacia dimensiones cada vez más desligadas de los sentidos. A medida que transcurre el tiempo me resulta más difícil atarme a la vida diaria, y a veces descubro que lo necesito, que la carne necesita afirmación, necesita sensación, porque de otro modo yo, como persona, no existo. Y existo en todas partes.