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La Unión había saboteado un planeta viable.

—Cuarenta mil personas —murmuró Giraud, con un vacío en la boca del estómago—. Abandonados en un planeta que no había sido explorado ni probado. Sin más.

Lu parpadeó. Sin este movimiento, podría haber sido una estatua.

—Eran militares. Eran personal prescindible. No era mi administración, ya me entiende. Y en aquella época no había, sensibilidad hacia los problemas ecológicos. El sentimiento general de la época era que estábamos en una posición militar difícil, teníamos que pensar en la posibilidad de un ataque Mazia

—La misión se envió en 2355 —espetó Giraud—. Un año después del fin de la guerra.

Lu cruzó las manos.

—Se planificó en los años finales de la guerra, cuando las cosas no eran muy seguras todavía. Se ejecutó cuando nos vimos enfrentados a una calamidad general y a ese tratado desastroso. Era jugarse el todo por el todo, digamos. Dejar que la Tierra o la Alianza tuvieran un planeta potencialmente más productivo que Cyteen, habría sido desastroso. Esa era la segunda parte del plan: si la colonia desaparecía, todavía contribuiría con sus microorganismos a la ecología. Y en menos de un siglo, la Alianza o cualquier otro colonizador tendría un problema difícil al que nuestra ciencia podría hacer frente, pero no la suya. Se podría decir incluso que determinados microorganismos fueron pensados para aceptar nuestras contribuciones. En sus instalaciones, ser Nye. Como estoy seguro que dicen sus propios archivos. Sin mencionar a los azi y las órdenes por cinta.

—Tiene mucha razón: está en los archivos. —A Giraud le costaba respirar—. ¡Dios mío, nunca llegamos a saber que la operación se había llevado a cabo realmente! ¿Sabe el tipo de problema de seguridad al que nos enfrentamos? No estamos en la década del 2350. No estamos en guerra. Esta maldita bomba de tiempo que colocaron viene a estallar en un siglo en el que hemos encontrado extraterrestres al otro lado del Sol, en que tenemos tratados ecológicos..., en que tenemos nuestra propia posición adoptada, por Dios, sobre las responsabilidades ecológicas, los bancos genéticos, las arcas, los...

—Por supuesto, fue la arquitecta de los bancos genéticos y el tratado y las arcas la que administraba Reseune durante el desarrollo de la colonia Gehe

—Los abolicionistas, ¡Dios mío!, acabamos de darles el mejor argumento con el que puedan haber soñado. Era un proyecto en estudio. Dios, el padre de Jordan Warrick trabajó en esas cintas de Gehe

—Confiamos en que los procedimientos de seguridad de Reseune no permitieran que los miembros del proyecto supieran en qué estaban trabajando.

—¡A la mierda con eso! Aparece en las noticias, general. Las noticias llegan a Planys, tarde o temprano. ¿Quiere apostar a que Jordan Warrick no sabrá quién en qué departamento puede haber estado trabajando en esas cintas, y qué nombres y qué datos va a contar a los investigadores que lo encuentren?



—¿Y destruir la reputación de su propio padre?

—Proteger la reputación de su padre, maldita sea; y acabar con la de Reseune. Ustedes usaron cuarenta mil azi para sabotear un planeta, por Dios; unieron la investigación al Departamento de Ciencias, y el asunto no podría haber salido a la superficie en peor momento.

—Ah —suspiró Lu con calma—. Puedo imaginarme momentos peores. Éste es un momento tranquilo, un momento en que la humanidad, sobre todo la Alianza, tiene otras preocupaciones. En realidad, Gehe

—¡Y nos lo ocultaron!

Lu mantuvo un silencio congelado. Luego:

—¿«Nos», a Ciencias; o «nos», a Reseune?

—¡A Reseune, mierda! ¡Reseune es la que tiene interés en esto!

—Un interés pasado —dijo Lu—. Esa niña todavía no es adulta, todavía falta mucho para eso. Puede pasar por encima de esta tormenta. Emory está fuera del alcance de la ley, a menos que usted sea religioso. Que redacten unos cuantos documentos. Warrick está en cuarentena, totalmente desacreditado en cuanto al valor de sus testimonios frente al Concejo. Si su padre trabajaba en el proyecto, el nombre de Warrick quedará todavía en peor posición. ¿Qué puede preocuparle a Reseune?

Giraud cerró la boca. Estaba sudado. Bogdanovitch había muerto hacía cuatro años: Harad, de Fargone, tenía la representación de Estado y hacía causa común con Gorodin, de Defensa; De Franco, de Comercio; y Lao, de Información. Malditos fueran. La coalición expansionista seguía firme, los abolicionistas estaban en retroceso y Corain y los centristas perdían terreno, perdieron a Gorodin que se pasó al campo expansionista, donde siempre debía haber estado. Pero Nasir Harad, maldita fuera, Nasir Harad se acercó a Gorodin, la fuente de esos importantes contratos de Defensa para la estación, y Estado y Defensa e Información eran una coalición dentro de la coalición expansionista, amantes secretos. Reseune ya no ejercía tanta influencia como en el pasado. Esa era una verdad amargacon la que Giraud tenía que vivir. Le revolvía el estómago y lo desvelaba por las noches. Pero Ari había sido, al menos tal como lo veían ellos, única.

—Déjeme decirle —dijo Giraud— que algunos puntos de nuestros archivos son aspectos muy delicados. No queremos que salgan a la luz. Es más, no queremos que haya la más mínima posibilidad de que llamen a Warrick a Planys para testificar. No entiende usted la facilidad con que esta situación podría estallar en mil pedazos. Él recuerda detalles mínimos, conversaciones que pudo haber oído, aspectos que tal vez discutió con su padre por entonces, todo eso será mucho más exacto de lo que queremos usted o yo. Su memoria es extremadamente buena. Si usted no quiere que la Alianzase entere de lo que hicieron punto por punto, consiga que Warrick se quede callado, ¿queda claro?