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Pero entonces, Florian le preguntó si las reglas permitían que se uniera a Catlin.

Nadie había pensado en eso. Ari consideró que era una idea inteligente. Fue a buscar el libro de instrucciones y leyó.

—No dice que esté prohibido —dijo. Y sintió los hombros cansados de tanto estar sentada—. Traslademos el tablero a mi habitación para que Seely no lo vuelque y vayamos a almorzar, ¿de acuerdo?

—Sí, sera —dijeron ellos.

Cada vez que ella trataba de tranquilizarlos, ellos sabían cómo recordarle que no eran sólo niños.

Pero Florian llevó el tablero y no lo volcó. Y ella pensó que le apetecía almorzar en el Ala Norte; el tío Denys la dejaba ir a comer a un restaurante de allí, donde los azi y el gerente la conocían.

Así que los llevó allá, a Cambios, cerca de las tiendas, en la esquina, donde comía sobre todo el Personal. Los presentó, se sentó y les dijo que se sentaran y que ella iba a pedir la comida para ellos.

—Sera —murmuró Florian, muy avergonzado después de echar una ojeada al menú—. ¿Qué debemos hacer con esto?

—Elegir lo que queréis comer.

—No conozco esas palabras. Y no creo que Catlin las sepa.

Catlin meneó la cabeza ,muy seria y muy preocupada.

Así que ella les preguntó qué les gustaba y ellos dijeron que habitualmente comían bocadillos en el almuerzo. Así que ella pidió bocadillos para los tres.

Y pensó que estaban muy nerviosos y miraban todo y a todos los que se movían. Alguien hizo ruido con una bandeja y las miradas de los dos se dirigieron hacia ese lado como si algo hubiera explotado.

—No os preocupéis —dijo ella. La estaban poniendo nerviosa. Como si fuera a pasar algo—. Calmaos. Son los camareros, eso es todo.

Ellos la miraron, muy serios. Pero no dejaron de observarlo todo.

Tan serios y tensos como en el juego.

El camarero trajo las bebidas y ellos lo miraron, de arriba abajo, tan rápido, tan rápido que era difícil ver cómo lo hacían, pero Ari sabía que lo estaban haciendo porque ella vigilaba a sus nuevos compañeros.

No eran como Nelly.

El tío Denys decía que estaban a salvo en los pasillos. Y ella tenía dos azi que pensaban que el camarero iba a saltarles encima.

—Escuchad —dijo y las dos caras serias se volvieron hacia ella y la escucharon, como azi—. A veces podemos divertirnos y nada más, ¿de acuerdo? Nadie nos va a atrapar aquí. Conozco a esta gente.

Entonces se calmaron. Inmediatamente. Como por arte de magia. Como si ella les hubiera dicho las palabras exactas desde el punto de vista psicológico. Ella dejó escapar un suspirito y se sintió orgullosa de sí misma. Los azi bebieron un poco y cuando llegaron los bocadillos con toda la guarnición, se impresionaron mucho.

Les gustó. Ella se dio cuenta. Pero Florian dijo, preocupado:

—No puedo comer tanto. Lo siento.



—No importa. Deja de preocuparte por todo, ¿me oyes?

—Sí, sera.

Ella miró a Florian y a Catlin y a toda su seriedad; y pensó en formas de hacerlos menos serios; y luego recordó que eran azi y que su psicogrupo era así, lo cual significaba que no se podía hacer mucho con ellos.

Pero no eran tontos. En absoluto. Los Alfas eran como Ollie. Y eso significaba que podían entender muchas cosas que Nelly nunca entendería. Como en el juego: ella los empujaba con todo lo que tenía y no se enfadaban ni se sentían mal.

Eran un gran trabajo. Pero no excesivo para la capacidad de Ari.

Luego pensó, y no por primera vez esa mañana, que eran una responsabilidad. Y no se podía tomar un azi y luego rechazarlo, nunca. El tío Denys tenía razón. No se podía recibir a una persona como regalo de cumpleaños. Había que recibir a las personas para amarlas y nunca había que irse y dejarlas solas.

(Mamá lo había hecho, pensó y le dolió como le dolía siempre que le asaltaba este pensamiento. Mamá lo hizo. Pero mamá no quería hacerlo. Mamá había estado preocupada y se había sentido mal mucho tiempo antes de irse.)

Tendría que escribir a mamá acerca de los azi, muy pronto para que mamá supiera que debía decirle al tío Denys que ellos tenían que ir con ella. Porque no podía dejarlos. Sabía lo dura que era una experiencia como ésa.

Deseó haber podido elegirlos, porque su mundo se estaba complicando; hubiera preferido tener a un Ollie para ella, sólo uno, no dos. Podría haberse negado. Tal vez debería haber dicho que no y no permitir que el tío Denys se los diera. Había pensado que podría salir adelante con eso. Como con todo lo demás.

Hasta que ellos la miraron de aquella forma en el hospital y la trabajaron psicológicamente, no porque quisieran, claro, pero deseaban mucho irse con ella y ella había querido mucho tener a alguien con ella.

Así que ahora estaban obligados mutuamente. Y no podría dejarlos solos.

Nunca.

Texto literal de:

UNA CUESTIÓN DE UNIÓN

SERIE DE CIVISMO DE LA UNIÓN: # 3

Publicaciones pedagógicas de Reseune: 9799-8734-3,

aprobadas para 80 +

La Unión, tal como se la concebía en la Constitución de 2301, tal como se desarrolló a través de la suma y amalgama de estaciones y gobiernos de mundos a partir de aquel momento, se estructuró desde el comienzo como un sistema federal que permitiera un máximo de independencia en el ámbito local. Para comprender la Unión, por lo tanto, hay que empezar con el establecimiento de un gobierno local típico, que puede ser un sistema aprobado por la mayoría de los habitantes calificados nacidos naturalmente. Es importante: habitantes, no ciudadanos. Los únicos segmentos de la población sin derecho a voto en esas elecciones son los menores y los azi, que no se consideran residentes en el Voto Inicial de Elección, aunque más tarde los azi tal vez puedan recibir derecho al voto, por decisión del gobierno local.

Un Voto Inicial de Elección es el procedimiento civil normal por el cual cualquier sistema político se convierte en candidato a la representación en la Unión. El voto establece el Congreso Constitucional local representativo, que puede revalidar una estructura gubernamental ya existente como representante de la voluntad del electorado o crear una estructura enteramente nueva, que a su vez puede ser ratificada por el Electorado Inicial general. La segunda obligación del Congreso Constitucional después de la elección es asignar números a los ciudadanos y registrar a los votantes legales, es decir, a los votantes calificados por la edad y por el número de ciudadanos para votar en la elección del Concejo de los Nueve y del Concejo General de la Unión. La tercera y última obligación del Congreso es informar sobre el censo y los padrones de votantes al Departamento de Ciudadanos de la Unión.

Se pueden llevar a cabo otros Votos de Elección y otros Congresos si hay un voto mayoritario del electorado local o por orden de la Corte Suprema de la Unión después del conocido proceso legal. En tales reempadronamientos del electorado local, todos los residentes nacidos en el lugar y emigrados o residentes inmigrantes pueden salir elegidos incluyendo a los azi que tienen un estatus modificado de ciudadanos.

Dentro de la Unión, el Concejo de los Nueve representa los nueve electorados ocupacionales de la Unión, en todos los censos de ciudadanos de esta entidad. Dentro de estos electorados ocupacionales, los votos valen de acuerdo con el nivel registrado de experiencia, es decir, la mayoría de los votantes de, digamos, el electorado de Ciencias valen uno, pero un técnico de laboratorio con un determinado número de años de experiencia puede llegar a merecer un dos, mientras que un científico de elevado rango profesional puede llegar a valer hasta diez, según las credenciales profesionales que haya logrado, ello constituye una diferencia considerable, ya que los factores se aplican en una fórmula y cada incremento es importante. Un individuo siempre puede apelar a la revisión de sus pares en cuanto a su rango, pero la mayoría de los avances se establecen con el puesto y la experiencia.