Добавить в цитаты Настройки чтения

Страница 21 из 49

Comentario:Era un claro síntoma de intoxicación, Berton.

Berton:Puede ser. No sé. Sin embargo, lo que vi esa tercera vez, no me lo imaginé, no es el efecto de una intoxicación.

Pregunta:¿Cómo puedes saberlo?

Berton:No era una alucinación. Una alucinación es algo que crea mi propio cerebro ¿no?

Comentario:Sí.

Berton:Pues bien, mi cerebro no pudo haber creado lo que vi. Jamás lo creeré. Mi cerebro hubiera sido incapaz.

Comentario:Describe la escena.

Berton:Antes, quisiera saber cómo interpretan mis declaraciones de hace un rato.

Pregunta:¿Tiene importancia?

Berton:Para mí, una importancia capital. Ya he dicho que vi cosas que nunca olvidaré. Si la comisión reconoce, incluso con reservas, que mi testimonio es verosímil, y que conviene estudiar el océano — quiero decir, orientando las búsquedas de acuerdo con mis declaraciones—, entonces lo diré todo. Pero si la comisión estima que se trata de un delirio, no diré nada más.

Pregunta:¿Por qué?

Berton:Porque el contenido de mis alucinaciones es cosa mía, y no tengo por qué divulgarlo. En cambio, diré lo que he observado en Solaris.

Pregunta:¿Significa esto que te niegas a responder a otras preguntas mientras no se anuncie el veredicto? Comprendes, desde luego, que la comisión no está habilitada para tomar ahora una decisión.

Berton:Sí.

Aquí concluía el primer testimonio. Seguía un fragmento del segundo testimonio, redactado once días más tarde.

El presidente:…luego de considerar atentamente el asunto, la comisión — compuesta por tres médicos, tres biólogos, un físico, un ingeniero mecánico y el suplente del jefe de la expedición— ha llegado a la conclusión de que el informe de Berton describe un síndrome alucinatorio de intoxicación por la atmósfera del planeta, y un síndrome mórbido cerebral caracterizado, consecutivo a una irritación de la zona asociativa de la corteza; se concluye que el relato de Berton no tiene relación con la realidad, o por lo menos ninguna relación apreciable.

Berton:Discúlpeme ¿qué significa « ninguna relación apreciable »? ¿En qué proporciones la realidad es apreciable o no?

El presidente:No he terminado. Aparte de estas conclusiones, la comisión ha registrado debidamente el votum separatumdel señor Archibald Messenger, doctor en física, quien juzga objetivamente posibles los fenómenos descritos por Berton y se declara a favor de una verificación escrupulosa. Es todo.

Berton:Repito mi pregunta.

El presidente:La respuesta es simple. « Ninguna relación apreciable » significa que esas alucinaciones pueden haber nacido de fenómenos realmente observados. Durante un paseo nocturno, un hombre perfectamente cuerdo cree ver una criatura viva en un matorral movido por el viento. Con mayor razón ¿cuáles no serán las ilusiones de un explorador, extraviado en un planeta extraño, expuesto a respirar una atmósfera tóxica? El veredicto, Berton, no te perjudica. ¿Tendrías ahora la gentileza de comunicarnos tu decisión?

Berton:Antes quisiera conocer las consecuencias de ese votum separatum.

El presidente:Prácticamente nulas. Proseguiremos los trabajos de acuerdo con los lineamientos originales.

Berton:¿Nuestra conversación está grabándose?

El presidente:Sí.





Berton:Entonces quiero decir que el veredicto puede no perjudicarme personalmente, pero perjudica el espíritu mismo de la expedición. Por lo tanto, y como he declarado, no contestaré a más preguntas.

El presidente:¿Eso es todo?

Berton: Si.Pero deseo encontrarme con el doctor Messenger. ¿Es posible?

El presidente:Naturalmente. »

Aquí concluía el segundo testimonio. Al pie de la página había una nota en caracteres diminutos: al día siguiente, el doctor Messenger había dialogado durante casi tres horas con Berton. A raíz de esta conversación, Messenger había pedido de nuevo al Consejo de la Expedición que investigara las declaraciones del piloto. Berton había revelado hechos nuevos, extremadamente convincentes, que Messenger no podía divulgar mientras el Consejo no tomase una decisión positiva. El Consejo — Sha

El libro reproducía también la última hoja de una carta — el borrador de una carta— encontrada por el albacea luego de la muerte de Messenger. Ravintzer, a pesar de sus indagaciones, no sabía si la carta había sido enviada.

« … mentes obtusas, pirámides de estupidez. » Así comenzaba el texto. « Preocupado por preservar su autoridad, el Consejo — más precisamente Sha

Biografía de Fechner, especialmente detalles relativos a su infancia.

Todo cuanto sepas acerca de su familia: hechos

y fechas; quizá perdió a los padres cuando aún era

niño.

3) Topografía del lugar donde fue educado.

Quisiera decirte también lo que pienso de todo esto.

Como sabes, algún tiempo después de la partida de Fechner y Carucci, apareció una mancha en el centro del sol rojo. Esta erupción cromosférica provocó una tormenta magnética — según los informes del sateloi-de— sobre el hemisferio austral, donde estaba nuestra base, y el contacto radial quedó interrumpido. Mientras los otros equipos exploraban la superficie del planeta en un radio relativamente restringido, Fechner y Carucci se alejaron bastante de la base.

Nunca, desde nuestra llegada al planeta y hasta este día de desgracia, habíamos observado una niebla tan constante, ni tanto silencio.

Supongo que Berton presenció algunas fases de la « Operación Hombre » emprendida por ese monstruo viscoso. En el origen de todas las formas vistas por Berton está Fechner, o más bien, el cerebro de Fechner sometido a una inconcebible « disección psíquica ». Propósito: una recreación, una reconstrucción experimental, basada en impresiones (las más durables, sin duda) de la memoria de Fechner.

Sé que parece fantástico, sé que puedo equivocarme. ¡Ayúdame, te lo ruego! Estoy actualmente a bordo del Alarico,donde esperaré tu respuesta.

Tuyo, A. »

Estaba oscuro; yo descifraba con dificultad los caracteres impresos que se desdibujaban en lo alto de la página gris; la última página sobre la aventura de Berton. Mi propia experiencia me inclinaba a pensar que Berton era un testigo fidedigno.

Me volví a la ventana. Mi mirada se hundió en un abismo violáceo; algunos nubarrones resplandecían aún con un fulgor de ascuas sobre el horizonte. No veía el océano, envuelto en sombras.

Las cintas de papel ondeaban perezosamente bajo la rejilla de los ventiladores; el aire silencioso olía levemente a ozono.

La decisión de quedarnos en la Estación no tenía nada de heroico. El tiempo del heroísmo había quedado atrás; el tiempo de las grandes victorias interplanetarias, el tiempo de las expediciones audaces y los sacrificios. Fechner, primera víctima del océano, pertenecía a un pasado remoto. Ya casi no me preocupaba por saber quién era el « visitante » de Snaut o de Sartorius. Pronto, me decía, dejaremos de tener vergüenza, de aislarnos. Si no podemos desembarazarnos de nuestros « visitantes », nos habituaremos a esa compañía, viviremos con ellos. Si el Creador modifica las reglas del juego, nos adaptaremos a las nuevas reglas, aun cuando nos resistamos al principio, aun cuando uno de nosotros cediera a la desesperación y se matara. Tarde o temprano, se restablecería cierto equilibrio.