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"Sí," contestó él, " aunque de toda su obra prefiero las tragedias. "

Ella asintió, decidiendo que se sentía capaz de mantener una conversación cortés si él también podía. "Eso pensé. Son más serias. "

Él sonrió enigmáticamente. "No puedo decidir si acabo de ser halagado o insultado. "

"En situaciones como éstas," dijo Susa

Él rió en voz alta antes de preguntar, "¿Y usted? ¿Cuál de las obras del bardo prefiere? "

Ella suspiró felizmente. "Las adoro todas. "

"¿De verdad? " le preguntó, y ella se sorprendió al oír verdadero interés en su voz. "No tenía ni idea de que le gustara tanto el teatro. "

Susa

"Cierto," accedió él, "pero Clive no siente mucho interés por el teatro. "

Ella sintió que su columna se ponía ligeramente rígida. "Clive y yo nunca compartimos todos nuestros intereses. "

"Obviamente no," dijo él, y ella pensó que había oído hasta un poco de aprobación de su voz.

Y luego -sin saber porque decía esto, ¡era el hermano de Clive!, por el amor del cielo -dijo, "Habla sin cesar. "

El conde pareció ahogarse con su lengua.

"¿Se encuentra bien? " preguntó Susa

"Bien," jadeó el conde, dándose unas palmadas sobre el pecho. "Simplemente… ah… me sobresaltó. "

"Ah. Le pido disculpas. "

"No hace falta," le aseguró él. "Yo evito siempre asistir al teatro con Clive. "

"Es difícil para los actores meter baza en su conversación," estuvo de acuerdo Susa

Él suspiró. “Hasta hoy, todavía no sé lo que pasa al final de Romeo y Julieta. "

Ella jadeó. "Usted no-oh, se está burlando de mí. "

"¿Ellos vivieron felizmente juntos al final, verdad? " preguntó él, con ojos inocentes.

"Oh, sí," dijo ella, sonriendo con maldad. "Es una historia edificante. "

"Excelente," dijo él, recostándose en su asiento mientras clavaba sus ojos en el escenario. "Es estupendo haber aclarado esto finalmente. "

Susa

En ese mismo momento las luces del teatro comenzaron a atenuarse, sumergiendo a los aficionados en la oscuridad. ¡"Oh! " exclamó Susa

"Es una de las i

"Es brillante," dijo Susa

Y entonces comenzó la representación, y ella enmudeció completamente.

Desde su posición en el palco contiguo al de ella, David se encontró mirando a Susa

Tendría que volver y ver de nuevo la obra la siguiente semana, decidió. Porque esta noche él miraba a Susa

¿Por qué, se preguntó, había sido tan contrario a su casamiento con su hermano? No, eso no era completamente exacto. No había estado completamente en contra. No le había mentido cuando le había dicho que él no se habría opuesto a su matrimonio si Clive se hubiera decidido por ella en vez de por Harriet

Pero no le hubiese gustado que eso sucediera. Había visto a su hermano con Susa

Susa





Bien, Clive era Clive. David lo amaba, pero el corazón de Clive se regía por una urgencia despreocupada que David no había entendido nunca, en realidad. Clive era una alegre, brillante y ardiente llama. La gente se arremolinaba alrededor de él, como las proverbiales polillas alrededor de la luz, pero inevitablemente, alguien acababa quemándose.

Alguien como Susa

Susa

Los pensamientos de David atravesaron, como un susurro, su alma. Susa

El principio de una idea comenzó a formarse en su mente. David no era de la clase de personas dadas a lanzarse a la acción imprudente, pero tomaba decisiones rápidamente, basándose tanto en lo que sabía como lo que sentía.

Y mientras permanecía allí sentado, en el Teatro Real, en Drury Lane, ignorando a los actores sobre el escenario a favor de la mujer sentada en el palco contiguo al suyo, tomó una importante decisión.

Él iba a casarse con Susa

Susana Ballister no, Susa

Sería una excelente condesa. Era hermosa, inteligente, con principios, y orgullosa. Él no sabía por qué no había notado todo eso antes, probablemente porque él siempre se había encontrado con ella en compañía de Clive, y Clive tendía a ensombrecer a todos en su presencia.

David había pasado los últimos años con los ojos abiertos ante una potencial novia. No tenía ninguna prisa por casarse, pero sabía que tendría que tomar una esposa finalmente, y cada mujer soltera que había conocido había sido mentalmente inventariada y tasada.

Y todas habían sido descartadas.

Ellas habían sido demasiado tontas o demasiado aburridas. Demasiado tranquilas o demasiado charlatanas. O si ellas no eran demasiado algo, tampoco lo eran lo bastante.

No eran correctas. No eran alguien a quien él pudiera imaginarse contemplando al otro lado de la mesa de desayuno durante los años venideros.

Él era un hombre exigente, pero ahora, mientras sonreía para si mismo en la oscuridad, le pareció que esperar, definitivamente, había valido la pena.

David robó otro vistazo del perfil de Susa

David sintió que su cuerpo se tensaba. Jamás se le había ocurrido que, realmente, podría ser lo bastante afortunado para encontrar una esposa a quien considerara deseable. Qué bendición.

La lengua de Susa

Sumamente deseable.

Él se recostó, incapaz de detener la sonrisa satisfecha que se arrastró a través de sus rasgos. Él había tomado una decisión; ahora todo lo que tenía que hacer era trazar un plan.

Cuando las luces del teatro se encendieron después del tercer acto para anunciar el intermedio, Susa

Pero él se había ido.

"Qué raro," murmuró para si misma. Debió haberse marchado sigilosamente; ella no había notado su salida en lo más mínimo. Se recostó con los hombros caídos ligeramente en su asiento, sintiéndose extrañamente decepcionada por su desaparición. Tenía ganas de preguntarle su opinión sobre la interpretación de Kean, la cual se diferenciaba enormemente de cualquier otro Shylock que ella hubiera visto antes. Había estado segura que él tendría algo interesante que decir, algo que quizás ella misma no hubiera notado. Clive nunca había querido hacer algo más durante los intermedios que fugarse al vestíbulo donde podía charlar con sus amigos.

De todos modos, era probablemente mejor que el conde se hubiera marchado. A pesar de su amistoso comportamiento antes de la interpretación, todavía le resultaba difícil de creer que él estuviera en disposición amistosa hacia ella.

Y además, cuando él estaba cerca, ella se sentía más bien… rara. Extraña, y, de alguna forma, sin aliento. Era excitante, pero no demasiado confortable, y esto la hacía sentirse incomoda.

Así que cuando Lady Shelbourne le preguntó si quería acompañar al resto de los invitados al vestíbulo para disfrutar del intermedio, Susa

Los Shelbournes se marcharon, junto con sus invitados, abandonando a Susa

Oyó un sonido tras ella. Alguno de los invitados de los Shelbourne debía haber olvidado algo. Poniendo una sonrisa en su cara, Susa

Era el conde.

"Buenas noches," dijo él, cuando se hizo evidente que ella no iba a finalizar el saludo.

"Milord," dijo ella, con evidente sorpresa en su voz.