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Lo golpeó en el estómago y lo paralizó. Sentía que iba a matar a Ya

Podía serlo perfectamente.

—¿Qué ha dicho ella? —preguntó—. ¿Qué ha dicho? Solamente me trajo una jarra de peces, Ya

—¡Fuera!

—¿Qué dijo?

—Le pidió a su tío Denys que te invitara a su maldita fiesta de cumpleaños .Eso es todo .Eso es todo. Estás metido en un auténtico problema, hijo. En un enorme problema. Parece que vino a tu oficina muchas veces, parece que usa la tarjeta de su azi para subir y bajar por el ascensor, parece que se siente realmente atraída hacia ti, hijo. ¿Qué mierda crees que estás haciendo?

—¿Me estás haciendo una prueba? ¿Es eso? ¿Denys te pidió que me hagas una prueba y veas si caigo?

—¿Por qué no nos informaste?

—Vaya, maldita sea, tenia unas cuentas razones, ¿no te parece? —Justin recuperó el aliento. Recobró el equilibrio y miró a Ya

—¡Podías informarnos!

—¿Y ponerme en medio de todo otra vez? ¿Aguantar otra maldita inquisición? Cumplí órdenes. Pensé que tenían mi oficina vigilada. Pensé que Seguridad sabía donde estaba Ari. Supuse que vosotros sabíais exactamente lo que yo le decía, es decir, nada. Nada, Ya

—Estás paranoico.

—Sí, mierda, sí, Ya

—¡Fuera de aquí! ¡Fuera de aquí, mierda! Te salvé. Te salvé de Administración. Me he pasado toda la mañana contigo, Petros perdió el tiempo cubriéndote el culo y tienes razón, esto es una prueba y acabas de fallar, hijo, acabas de fallar. No confío en ti. No confío en ti si no te tengo delante. Estás caminando por una cuerda floja, muy floja, hijo. Si aparece de nuevo en tu oficina la sacas de ahí y llamas a Denys por teléfono antes de que se enfríen sus pasos.

—¿Y Jordan?

—Ahora quieres favores.

—¿Y Jordan?

—No tengo noticias de que vayan a cortar las llamadas telefónicas. Pero estás jugando con fuego, hijo. De verdad, estás jugando con fuego. No presiones. No presiones.

—¿Qué vas a poner en ese informe?

—Que no eres imparcial con esa niña. Que tienes hostilidad hacia ella.

¡Hacia la niña no!Hacia la cosas horribles que le están haciendo, Ya

—Y tú estás perdiendo la perspectiva, hijo, estás perdiendo totalmente la perspectiva profesional. Estás alimentando tus inseguridades y transfiriéndolas a la situación. Estás interpretando, hijo, no estás observando, no trabajas, has perdido objetividad, y estás fuera del proyecto, hijo, fuera del proyecto hasta que vuelvas con la razón en su lugar. Ahora, fuera. Y no me molestes con esos malditos proyectitos tuyos hasta que resuelvas tu problema. ¡Fuera!

—No sé qué hubiera podido decir.



Justin estaba temblando. Tembló de nuevo cuando Grant se acercó al sillón y le dio un vaso. El hielo hizo ruido contra el cristal. Justin bebió de un golpe y Grant se acomodó junto a él con la pizarra.

Dale unos días. Ya

Justin negó con un gesto. Hizo un ademán de impotencia con el vaso y apoyó la frente en la mano un momento mientras el whisky llegaba con un golpe a su sangre y el frío le pegaba en el estómago.

—Tal vez —dijo finalmente—, tal vez Ya

—No es cierto.

—Ya

Grant tomó la pizarra que había a su lado y escribió: No te rindas.Y después: Denys dijo que en una ocasiónAri no fingía sobre tu capacidad. Crees a pie juntillas que eso era lo que hacia. Siempre pensaste que pertenecías a Educación.Y ahí es donde perteneces. Pero Ari te quería en Diseño. Me pregunto por qué.

El estómago de Justin saltó cuando leyó eso. Grant escribió: Ari te hizo muchas cosas. Pero nunca se negó a estudiar tu trabajo.

Estoy fuera del proyecto —dijo Justin. Porque eso no era nuevo para Seguridad y sus espías—. Dice que odio a la niña. No es cierto, Grant. No es cierto. No es cierto.

Grant le apretó el hombro.

—Lo sé, lo sé. Ellos también lo saben. Ya

—Dijo que había fallado, ¿no?

—Por Dios, forma parte de la prueba, forma parte de todo, ¿no te das cuenta? Tú sabes lo que te estaba haciendo. La prueba no había terminado. Quería una reacción y se la diste.

—Todavía estoy pensando en lo que dije. —Justin tomó otro trago; todavía temblaba—. Recuerdo lo que quise decir. No sé si conozco lo suficiente a Ya

—Ya

Justin lo intentó. Escribió: La cuestión es: ¿de qué lado está?

XII

El caballo bajó la cabeza y tomó grano de la mano de Florian.

—¿Ves? —dijo Florian a Catlin—, es bueno. Se pone inquieto cuando hay alguien a quien no conoce. Eso es todo. ¿Quieres tocarlo?

Catlin lo tocó, con mucho cuidado. El caballo retrocedió un paso.

Catlin sonrió y retiró la mano.

—Es inteligente.

Los cerdos y las gallinas no habían impresionado a Catlin. Había observado los pollos con disgusto cuando se apilaban contra la pared y retrocedió frente a los cerditos cuando corrieron hacia ellos a buscar la comida. Luego dijo que eran estúpidos, y cuando él le explicó lo inteligentes que eran en cuanto a lo que comían, dijo que no serían para hacer embutidos si hubieran sido un poco más inteligentes en la forma de conseguir el alimento.

De las vacas dijo que parecían fuertes, pero no le interesaron mucho.

Pero el caballo consiguió la primera sonrisa franca que Florian había visto en el rostro de Catlin, y ella trepó sobre la valla y miró al caballo, que jugaba con ellos, relinchaba y levantaba la cabeza.