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—Yo lo respeto por eso, ser. Se lo aseguro. Y él también. Pero sus diseños ponen... ponen alegría en un psicogrupo. No sólo eficiencia. Los diseños que usted afirma que causarían problemas son las cintas de recompensa. ¿No es cierto, ser, que cuando un azi tiene un niño CIUD y lo cría como CIUD, le enseña a través de la experiencia lo que él entiende de su psicogrupo? Y un azi con una de las pequeñas rutinas de Justin en algún lugar de sus grupos, incluso si no ha sido tan afortunado como yo, incluso si no está tan socializado, si no es Alfa ni tiene un compañero para toda la vida, encontraría tanto sentido a todo eso, tanto sentido que pensaría en su labor y sería un trabajador eficiente. Y estaría orgulloso de su cometido, ser. Tal vez todavía hay problemas, ser. Pero él llega al nivel emocional. Es la clave de los grupos lógicos. Es una interacción autoprogramable. Y eso es lo que nadie tiene en cuenta.

—Lo cual crea una serie de problemas estructurales básicos en los psicogrupos sintéticos. Hablemos de teoría. Tú eres un diseñador competente. Para ser muy directo: ya lo intentaron hace ochenta años.

—Lo sé.

—Y colgaron unos cuantos adornos en los psicogrupos y terminaron rodeados de neurosis. Comportamientos obsesivos.

—Usted mismo dice que él ha evitado eso.

—Y es autoprogramable, ¿te estás oyendo a ti mismo?

—Gusano —dijo Grant—. Pero benigno.

—En efecto, este tipo de teoría pertenece a la clasificación de gusano. ¡Dios mío! Si es autoprogramable, has creado un gusano y estás jugando con las vidas de la gente. Si no lo es, tienes un problema de acción retardada que va a aparecer en la segunda o tercera generación. Otro tipo de gusano, por así decirlo. Y no me interesa perder el tiempo investigando esta cuestión. Tengo un presupuesto que cumplir. Vosotros dos formáis parte del presupuesto de mi departamento y representáis un gran gasto sin ninguna justificación.

—Lo justificamos el año pasado.

—Y eso está matando a Warrick. ¿No es por eso que te estás quejando? No puede seguir produciendo a ese nivel. No lo tolera. Psicológicamente no lo tolera. Así que, ¿qué vas a hacer? ¿Llevar todo el peso tú mismo mientras Justin vive en las nubes, en algún lugar con los grupos de diseño que no funcionan y que no pienso dejarle instalar en algún pobre Experimental? ¡No!

—Yo haré el trabajo. Usted dele a él la libertad. Aligere ese peso. Un poco. Ser, dele una oportunidad. Tiene que confiar en usted. Nadie más puede ayudarlo. Es bueno. Yo sé que lo es.

—Y se está desperdiciando, mierda.

—¿Qué estaba usted haciendo al principio? Le enseñaba mientras estudiaba sus diseños. Haga eso por él. Aligere el peso un poco. Haremos el trabajo. Pero no lo presione tanto, porque él acarreará todo el trabajo si piensa que alguien está sufriendo. No podrá evitarlo, él es así. Denos problemas que podamos resolver y lo haremos bien. Justin tiene un talento de integración capaz de obtener más de un genotipo que cualquier otro porque llega al nivel emocional. Tal vez sus ideas no funcionen, pero todavía es un estudiante. Usted no sabe hasta dónde puede llegar. Dele una oportunidad.

Ya

—Eres un buen vendedor, hijo. ¿Sabes cuál es el problema de Justin? Ari tomó a un chico vulnerable con una idea que era realmente brillante para un muchacho de diecisiete años, lo alentó, lo halagó, lo llenó de esa porquería y se lo llevó a la cama con trucos psicológicos. ¿Sabes eso?

—Sí, ser. Lo sé.

—Hizo un buen trabajo en él. Él cree que es brillante. Cree que tiene más de lo que es cierto, y no le haces bien alimentándole la ilusión. Es brillante, pero no llega a la altura de genio. Estaría muy bien en el proyecto Rubin. Ya he visto lo que puede hacer y he depositado grandes esperanzas en ese chico. Lo respeto mucho. No me gusta alimentar una falsa ilusión. Me he pasado la vida tratando de hacer gente normal y me pides que le siga la corriente en la falsa ilusión mayor de toda su vida. Eso no me gusta, Grant. No sabes hasta qué punto me repugna.

—Me estoy dirigiendo a un hombre que es lo más cercano a un supervisor que tiene Justin; el hombre con el que discutió para lograr que lo ayudara, el que va a tomar un talento que alguien ahogó y terminar de matarlo porque cansa al maestro. ¿Qué tipo de hombre es ése?

—Vete a la mierda.

—Sí, ser. Insúlteme todo lo que quiera. Estoy hablando de Justin. Él confía en usted, y puedo asegurarle que no confía en mucha gente. ¿Va a insultarlo a él porque está tratando de hacer algo que usted considera un fracaso?

Ya

—Tú eres uno de los de Ari, ¿verdad?

—Usted sabe que sí, ser.

—Mierda. Hizo un buen trabajo. Me recuerdas a ella. Después de todo lo que pasó.

—Sí, ser. —Dolía. Grant pensaba que Ya



Pero Ya

—Ya he tomado una decisión. Lo voy a destinar al proyecto. No le mandaré excesivo trabajo, lo cual significa que tú tendrás mucho que hacer, ¿me entiendes?

—Sí, ser.

—Y si hace sus malditos diseños, los voy a romper. Y le enseñaré lo que pueda. Todo lo que pueda. ¿Ha resuelto sus problemas con la cinta?

—No tiene problemas con la cinta, ser.

—Si estás en la misma habitación mientras lo hace. Eso dice Petros.

—Así es, ser. ¿No cree que tiene sus razones?

—No. No... Mira, Grant. Respeto lo que estás haciendo. Me gustaría tener una docena de azi como tú. Por desgracia, no eres un ítem de producción.

—No, ser. Justin, tanto como Ari y Jordan, tuvo su parte en la producción de mis psicogrupos. Pero usted puede analizarlos si quiere.

—Eres estable, ¿eh? Muy bien, muy bien, bravo. —Ya

Eso lo conmovió sobre todo porque antes dudaba de la buena voluntad de aquel hombre.

—Sí, ser —dijo. Si Ya

—Fuera —rezongó Ya

Como un azi, simple, de igual a igual. Cuando sabía que Ya

Salió con una sinceridad en el saludo que no había sentido con nadie excepto Jordan y Justin, y que recordaba como algo muy lejano en el tiempo.

Y con una angustia por lo que podría haber hecho con esa visita, presionando lo que sabía que era una tolerancia delicada de la Casa hacia Justin en un momento delicado y con un equilibrio delicado en la mente del mismo Justin. Cuando decidió ver a Ya

Así que allí era donde tenía que ir ahora.

—¿Que has hecho qué? —exclamó Justin con una voz que le salía desde las entrañas; y sintió un doble golpe, porque Grant reaccionó como si él le hubiera pegado, se encogió, volvió la cara y se dio la vuelta de nuevo y lo contempló inerme, sin ninguna de las defensas que Grant siempre tenía a mano.

Eso lo tranquilizó. No había forma de gritar a Grant. Grant había actuado porque su propio comportamiento lo había obligado a adoptar el papel de protector. No había tenido en cuenta lo que indicaban sus conocimientos sobre los azi, el peor error de un supervisor de Alfas, y se había apoyado en Grant durante años tanto como había necesitado.

Grant portándose como un azi con él. Era culpa suya, de nadie más.

Se inclinó y palmeó el hombro de Grant y se calmó todo lo que pudo, pero estaba lleno de adrenalina y apenas podía respirar, tanto por lo que le había hecho a Grant como por el hecho de que Grant tal vez lo había perdido.