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De las lenguas Eldarin, en este libro aparecen dos: el alto élfico o Quenyay la de los Elfos Grises o Sindarin. El alto élfico es una antigua lengua de Eldamar, más allá del Mar, la primera en la que aparecen documentos escritos. No era ya una lengua nativa, sino que se había convertido, por así decir, en una especie de «latín élfico», y los Altos Elfos, que habían vuelto a la Tierra Media al término de la Primera Edad, lo utilizaban todavía en las ceremonias y en los elevados asuntos de la ciencia y el canto.

En su origen la lengua de los Elfos Grises estaba emparentada con el Quenya; porque era la lengua de aquellos Eldar que habían llegado a las orillas de la Tierra Media y no habían atravesado el Mar, quedándose un tiempo en las costas del país de Beleriand. Allí Thingol Mantogrís de Doriath era el rey, y en el largo crepúsculo la lengua había cambiado junto con los cambios de las tierras mortales, y se había apartado mucho de la lengua de los Eldar de más allá del Mar.

Los Exiliados, que habitaban entre la más abundante población de los Elfos Grises, habían adoptado el Sindarinpara el uso cotidiano; por tanto, ésa era la lengua de todos los Elfos y señores élficos que aparecen en esta historia. Pues éstos eran todos de raza Eldarin, aun cuando el pueblo al que gobernaran fuera de clanes menores. La más noble de todos era la Señora Galadriel, de la casa real de Finarfin y hermana de Finrod Felagund, Rey de Nargothrond. En el corazón de los Exiliados la nostalgia por el Mar fue una inquietud que jamás se apaciguó; dormitaba en el corazón de los Elfos Grises, pero, una vez despierta, ya no era posible calmarla.

DE LOS HOMBRES

El Oestronera una lengua humana, aunque enriquecida y dulcificada por la influencia élfica. Era en su origen la lengua de aquellos a los que los Eldar llamaron Atanio Edain, los «Padres de los Hombres», específicamente el pueblo de las Tres Casas de los Amigos de los Elfos que, avanzando hacia el oeste, entraron en Beleriand durante la Primera Edad y ayudaron a los Eldar en la Guerra de las Grandes Joyas contra el Poder Oscuro del Norte.

Después de la derrota del Poder Oscuro, en la que la mayor parte de Beleriand quedó anegada o destruida, se concedió a los Amigos de los Elfos, como recompensa, que también ellos, al igual que los Eldar, pudieran trasladarse hacia el oeste por sobre el Mar. Pero como el Reino Imperecedero les estaba prohibido, se apartó para ellos una gran isla, más occidental que ninguna otra tierra mortal. El nombre de esa isla fue Númenor(Oesternesse). Por tanto, la mayor parte de los Amigos de los Elfos habitó en Númenor, y allí se hicieron grandes y poderosos, marinos de renombre y señores de múltiples navíos. Eran hermosos de cara y de elevada estatura y tenían una vida tres veces más larga que la de los Hombres de la Tierra Media. Éstos fueron los Númenóreanos, los Reyes de los Hombres, a quienes los Elfos llamaron los Dúnedain.

Sólo los Dúnedainentre todas las razas de los Hombres conocían y hablaban la lengua élfica; sus antepasados habían aprendido la lengua Sindarin, y la transmitieron a sus hijos junto con todo lo que sabían, y cambió muy poco con el paso de los años. Y los sabios de entre ellos aprendieron también el Alto Élfico, Quenya, y lo estimaron por encima de toda otra lengua, y en ella dieron nombre a múltiples sitios de reverencia y fama y a muchos hombres de la realeza y de gran renombre 85.





Pero la lengua nativa de los Númenóreanos siguió siendo sobre todo su lengua humana ancestral, el Adûnaic, y a ella volvieron en sus postreros días de orgullo los reyes y señores, abandonando la lengua élfica, salvo sólo unos pocos que conservaban su antigua amistad con los Eldar. En los años de su poder, los Númenóreanos habían mantenido muchos fuertes y puertos sobre las costas occidentales de la Tierra Media para beneficio de sus barcos; y uno de los principales estaba en Pelargir, cerca de las Bocas del Anduin. Allí se hablaba el Adûnaic, y mezclado con muchas palabras de las lenguas de hombres menores, se convirtió en la Lengua Común que se extendió a lo largo de las costas entre todos los que tenían trato con Oesternesse.

Después de la Caída de Númenor, Elendil condujo de regreso a los sobrevivientes de los Amigos de los Elfos a las costas noroccidentales de la Tierra Media. Allí vivían ya muchos que eran en parte o plenamente de sangre Númenóreana; pero pocos de ellos recordaban la lengua élfica. De modo que los Dúnedain fueron así desde un principio más escasos en número que los hombres menores entre quienes vivían y a quienes gobernaban, pues eran señores de larga vida y gran sabiduría y poder. Por tanto, en el trato con otros pueblos y en el gobierno de sus vastos reinos emplearon la Lengua Común; pero la ampliaron y la enriquecieron con muchas palabras extraídas de las lenguas élficas.

En los días de los reyes Númenóreanos, esta e

La mayor parte de los Hombres de las regiones septentrionales de las tierras del oeste descendían de los Edainde la Primera Edad y de parientes suyos muy próximos. Por tanto, sus lenguas estaban emparentadas con el Adûnaic, y algunas conservaban todavía cierta semejanza con la Lengua Común. De esta especie eran los pueblos de los valles del curso superior del Anduin: los Beórnidas y los Hombres del Bosque Negro; y, más hacia el norte y el este, los Hombres de Lago Largo y de Valle. De las tierras que se extendían entre los Gladios y Carroca, provenía el pueblo que se conoció en Gondor como los Rohirrim, los Señores de los Caballos. Hablaban todavía su lengua ancestral, y en ella dieron nuevos nombres a la mayor parte de los lugares de su nuevo país; y se llamaron a sí mismos los Eorlingas o los Jinetes de la Marca. Pero los señores de ese pueblo hablaban la Lengua Común con espontaneidad y nobleza según la manera de los aliados de Gondor; porque en Gondor, de donde provenía, el Oestron era aún de un estilo más gracioso y antiguo.

Muy distinto era el lenguaje de los Hombres Salvajes del Bosque de Drúadan. También distinto o sólo remotamente emparentado, era el lenguaje de los Dunlendinos. Eran éstos un resto de los pueblos que habían habitado en los valles de las Montañas Blancas en eras pasadas. Los Hombres Muertos del Sagrario pertenecían a ese clan. Pero en los Años Oscuros otros se habían trasladado a los valles australes de las Montañas Nubladas; y desde allí algunos fueron a las tierras desiertas adentrándose hacia el norte hasta las Quebradas de los Túmulos. De ellos provenían los Hombres de Bree; pero se habían sometido mucho antes al Reino Septentrional de Arnor y habían adoptado la lengua Oestron. Sólo en las Tierras Brunas los Hombres de esta raza conservaron su propia lengua y costumbres; era éste un pueblo poco comunicativo, estaba enemistado con los Dúnedain, y odiaba a los Rohirrim.