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Pero por último hubo un encuentro azaroso entre Gandalf y Thorin que cambió la suerte de la Casa de Durin, y que condujo a otros y más grandes fines. En una ocasión 52Thorin, que volvía al oeste de un viaje, se detuvo en Bree a pasar la noche. Allí estaba también Gandalf. Se dirigía a la Comarca, que no había visitado desde hacía unos veinte años. Estaba fatigado y pensó en descansar allí por un tiempo.

Entre otros cuidados le preocupaba el peligroso estado en que se encontraba el Norte; porque sabía ya entonces que Sauron proyectaba la guerra, y que intentaba, tan pronto como se sintiera bastante fuerte, atacara Rivendel. Pero para impedir que el Este tratara de recuperar las tierras de Angmar y los pasos septentrionales de las montañas, ahora sólo contaban los Enanos de las Colinas de Hierro. Y más allá se extendía la desolación del Dragón. Sauron podría utilizar al Dragón con espantosas consecuencias. ¿Cómo entonces eliminar a Smaug?

Justo cuando Gandalf estaba sentado y pensando en todo esto, se le acercó Thorin y le dijo: —Señor Gandalf, sólo os conozco de vista, pero me gustaría conversar con vos. Porque últimamente habéis visitado a menudo mis pensamientos, como si estuviera obligado a buscaros. En verdad, así lo habría hecho si hubiera sabido dónde estabais.

Gandalf lo miró con asombro. —Esto es extraño, Thorin Escudo de Roble —dijo—. Porque también yo he pensado en ti; y aunque ahora voy a la Comarca, no olvidaba que ese camino conduce también a tus palacios.

—Llamadlos así si os place —dijo Thorin—. No son sino pobres viviendas en el exilio. Pero seríais bien recibido, si vinieseis. Porque dicen que sois sabio y que sabéis más que nadie de lo que pasa en el mundo; y tengo muchas cosas en la mente y me gustaría recibir vuestro consejo.

—Iré —dijo Gandalf—; porque supongo que al menos compartimos una preocupación. Tengo en la mente al Dragón de Erebor, y no creo que el nieto de Thrór lo haya olvidado.

En otro lugar se cuenta qué resultó de ese encuentro: del extraño plan que trazó Gandalf para ayudar a Thorin, y de cómo Thorin y sus compañeros se pusieron en camino desde la Comarca en busca de la Montaña Solitaria y de ello resultaron satisfechos grandes fines que nadie había previsto. Aquí sólo se recuerdan las cosas que están directamente relacionadas con el Pueblo de Durin.

El Dragón fue muerto por Bardo de Esgaroth, pero hubo batalla en el Valle. Porque los Orcos descendieron sobre Erebor tan pronto como se enteraron del regreso de los Enanos; y fueron conducidos por Bolgo, hijo de Azog, a quien Dáin había dado muerte en su juventud. En esa primera Batalla de Valle, Thorin Escudo de Roble fue mortalmente herido; y murió, y fue sepultado en una tumba bajo las Montañas con la Piedra del Arca sobre el pecho. Allí también cayeron Fíli y Kíli, los hijos de su hermana. Pero Dáin Pie de Hierro, primo de Thorin, que había acudido desde las Colinas de Hierro y era también heredero legítimo, se convirtió entonces en el Rey Dáin II, y el Reino bajo la Montaña quedó restaurado, como había deseado Gandalf. Dáin fue un gran rey y muy sabio, y los Enanos prosperaron y volvieron a ser fuertes.

A fines del verano de ese mismo año (2941) Gandalf terminó por prevalecer sobre Saruman y el Concilio Blanco, y atacaron a Dol Guldur, y Sauron se retiró y se dirigió a Mordor para estar allí a salvo, según creyó, de todos sus enemigos. Así fue que cuando por fin hubo guerra, el principal ataque fue contra el Sur; sin embargo, aun así, Sauron podría haber causado gran daño en el Norte con su mano derecha largamente extendida, si el Rey Dáin y el Rey Brand no le hubieran cerrado el paso. Como Gandalf les dijo después a Frodo y a Gimli, cuando vivieron juntos un tiempo en Minas Tirith. No mucho antes habían llegado a Gondor noticias de acontecimientos lejanos.

«Me dolí de la caída de Thorin —dijo Gandalf—, y ahora oímos que Dáin ha caído, luchando otra vez en Valle, mientras nosotros luchábamos aquí. La llamaría una gran pérdida, si no fuera más bien una maravilla que a una edad ya avanzada aún pudiera blandir el hacha con tanto vigor como dicen que lo hizo, de pie junto al cuerpo del Rey Brand ante las Puertas de Erebor hasta que cayó la oscuridad.





»No obstante, todo pudo haber sido muy diferente, y mucho peor. Cuando penséis en la gran Batalla de los Pele

Dís era la hija de Thráin II. Es la única mujer enana que se menciona en estas historias. Dijo Gimli que hay pocas mujeres entre los Enanos, probablemente no más que un tercio de toda la población. Rara vez andan fuera, salvo en casos de extrema necesidad. Son en voz y apariencia, y en el atuendo, si han de emprender un viaje, tan parecidas a los varones enanos, que los ojos y los oídos de otros pueblos no pueden distinguirlas. Esto ha dado origen entre los Hombres a la tonta creencia de que no hay mujeres enanas, y que los Enanos «nacen de la piedra».

Esta escasez de mujeres es lo que hace que el pueblo de los Enanos crezca con tanta lentitud, y que se sientan en peligro cuando no tiene morada segura. Porque los Enanos toman sólo una esposa o marido en el término de sus vidas, y son extremadamente celosos, como en todo lo que atañe a sus derechos. El número de los enanos varones que se casan es en realidad menor a un tercio del total. Porque no todas las mujeres toman marido: algunas no lo desean; otras desean al que no pueden tener, y por tanto, no aceptan a ningún otro. En cuanto a los varones, hay muchos también que no desean el matrimonio, concentrados en sus artesanías.

Gimli, hijo de Glóin, alcanzó renombre por ser uno de los Nueve Caminantes que se puso en marcha con el Anillo; y permaneció en compañía del Rey Elessar mientras duró la Guerra. Fue llamado Amigo de los Elfos por la gran amistad que lo unió a Legolas, hijo del Rey Thranduil, y por la gran veneración que sentía por la Señora Galadriel.

Después de la caída de Sauron, Gimli llevó consigo al sur parte del Pueblo de los Enanos de Erebor, y se convirtió en Señor de las Cavernas Centelleantes. Él y su pueblo hicieron grandes obras en Gondor y Rohan. En Minas Tirith forjaron puertas de mithrily acero para reemplazar las que había derribado el Rey Brujo. Legolas también llevó hacia el sur a los Elfos del Bosque Verde, y vivieron en Ithilien, que se convirtió una vez más en el país más hermoso de las tierras del oeste.

Pero cuando el Rey Elessar abandonó la vida, Legolas siguió por fin el deseo de su corazón y navegó por el Mar.

Sigue aquí una de las últimas notas del Libro Rojo

Hemos oído decir que Legolas llevó consigo a Gimli, hijo de Glóin, por causa de la amistad que los unía, más grande que ninguna otra habida entre Elfo y Enano. Si es esto verdad, es por cierto muy extraño: que un Enano estuviera dispuesto a abandonar la Tierra Media, o que los Eldar lo recibieran, o que los Señores del Occidente lo permitiesen. Pero se dice que Gimli partió también por deseos de volver a ver la belleza de Galadriel; y es posible que ella, poderosa entre los Eldar, hubiera obtenido esta gracia para él. Más no puede decirse acerca de este asunto.