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Auge Y Colapso De Imperios-1

El espacio se inunda de llamas iridiscentes que cambian de color cada segundo...

Hellfire, relampagueando y devorando todas las entrañas, aplastando la carne. Un volcán que quema todo lo que está vivo en su interior. ¡Qué familiar es todo! Pero esta vez, ¿tal vez el infierno es real? Paciencia - y ahora el dolor desaparece. Vladimir abrió los párpados. Creyó ver el cielo estrellado. Cerró los ojos con sorpresa y luego, con un esfuerzo, los abrió de nuevo. Sí, en efecto, ve una extravagante alfombra estrellada. De origen sobrenatural, muy densamente salpicado de preciosas guirnaldas de las luminarias del cielo. Decenas de miles de las estrellas más brillantes ciegan y tambalean la imaginación. El propio cuerpo parecía estar flotando en el vacío, sin sentir apoyo. La vista sin precedentes conmocionó tanto al niño que perdió el conocimiento, desconectado de la realidad.

Cuando la capacidad de pensar volvió a él, ya era capaz de controlar sus emociones. El suelo volvió a ser sólido y luchó por ponerse de pie.

La vista ante él no era para los débiles de corazón. Al principio, el niño pensó que se estaba volviendo loco. La majestuosa ciudad, la capital de la galaxia Dinazakura apareció en toda su belleza más salvaje. Lujosos rascacielos de varios kilómetros, templos gigantescos, estatuas inimaginablemente gigantescas, cascadas de jardines y fuentes, dispositivos luminosos, vallas publicitarias colosales en las que caben cincuenta estadios olímpicos y mucho más. Si agrega millones de diferentes tipos de aviones coloridos y extravagantes, para un niño de catorce años a principios del siglo XXI, esto ya estaba más allá de cualquier límite.

Sin embargo, no había miedo. Hubo una emoción extrema, e incluso un deleite indescriptible al ver un esplendor tan inimaginablemente colorido creado por las manos de seres inteligentes. Todo en esta metrópoli era grandioso y encantador. Varias estrellas brillaban en el cielo. La estrella rosa-amarilla más brillante, dos verdes, una azul y dos zafiros cereza casi invisibles, que es natural en una luz tan intensa. Sin embargo, a pesar de la fuerte luz, los ojos no dolían y no hacía calor. La temperatura es muy agradable, sopla una ligera brisa fresca.

El niño caminó por el pavimento de siete colores, un pavimento enmarcado con flores, estatuas, luces intermitentes multicolores, azulejos de cristal pulido. Descalzos, las suelas de los niños se sentían muy suaves, incluso quizás resbaladizas como el hielo, dando una luminiscencia, pero afortunadamente no demasiado calientes.

Todo en esta metrópolis futurista era brillante como un espejo y deslumbrantemente hermoso, incluso los trituradores de basura tenían la forma de animales y pájaros exóticos. Abrían la boca y educadamente les agradecían cuando les arrojaban basura. Cuando Vladimir le dio una patada a la bota derretida y combada del minisoldado, un pájaro carroñero saltó de la acera como si fuera agua. Tenía cabeza de águila, pero con un pico proporcionalmente grande, el cuerpo de una berenjena rayada enmarcada en tres órdenes de exuberantes pétalos. Cada fila difería en el color y la forma de los brotes, y las alas tenían una coloración que se movía como un video. El carroñero emplumado y a la vez florido se tragó los zapatos que se habían vuelto inutilizables, cantando melódico:

- ¡No tenemos por qué torturarnos en la duda! ¡No hay más chicos desesperados en todo el universo! Los hombres de verdad tiran basura: ¡mata al stalzan de otra persona! ¡Stalzan mata a alguien más!

Vladimir desconcertado agitó su mano hacia la "carroñera-prima do

- ¡Lo más sorprendente en una persona es que no se sorprende por el encanto, sino por lo banal!

Sin embargo, es extraño que los zapatos militares pesados se derritieran y él mismo no recibió ni siquiera pequeñas quemaduras. Sin embargo, la ropa no parecía haber sufrido demasiado, aunque se perdió el lujoso mono. Pero algo ha sobrevivido, y no le da tanta vergüenza caminar por la ciudad con una camiseta elegante y pantalones cortos, ropa normal para un niño cuando hace calor.

Aunque Vladimir estaba avergonzado por sus pies descalzos, que son extremadamente inapropiados en la capital, donde cada estatua, automóvil, fuente, composición, tal o cual estructura brillaba con un lujo ensordecedor y llamativo. Como un vagabundo mendigo en el distrito gubernamental de San Petersburgo, involuntariamente te sonrojas cuando alguien se te acerca.

Hay pocos peatones en las calles en este momento, en su mayoría niños. Dado que este es uno de los sectores centrales de la metrópoli, eminentes stalzans se establecieron aquí. Solo hubo un período en el que a los minisoldados se les dan vacaciones cortas para conocer al menos un poco de la vida sin ejercicios agotadores, para que puedan sentir las alegrías de la infancia. Además, este breve período de vacaciones, en comparación con el período de cuartel, fue una especie de estímulo para el éxito en los estudios y entrenamiento de combate.

¡Al menos una pequeña oportunidad de administrar el tiempo a su propia discreción es felicidad! Es exactamente por eso que la vista de inofensivos muchachos riendo, muchos de los cuales, jugando alegremente, incluso volaron por el aire, dieron saltos mortales, girando y liberando hologramas caleidoscópicos, le dieron a la ciudad mágica un aspecto maravilloso e idílico.

Tigrov quería acercarse a ellos y hacerles un par de preguntas, pero tenía miedo. Tenía miedo de que los niños y niñas pacíficos, hermosos como elfos, con sus brillantes disfraces, no fueran tan pacíficos como parece a primera vista. Además, por lo general no es típico de las personas; incluso las chicas estaban jugando aparentemente a juegos de guerra. Es cierto que parece que se estaban desarrollando tipos fabulosos y de fantasía de anime, y no batallas creadas por el hombre. Las proyecciones holográficas individuales eran grandes y muy brillantes, reproduciendo detalles de manera creíble. Lo que realmente parecía, y de hecho, desde algún lugar del aire, fabulosos castillos, fortalezas y casas aparecen, y luego desaparecen.

El niño, estupefacto por lo que vio, caminó y caminó, sin dejar de examinar la ciudad. Qué árboles asombrosos y flores gigantes de decenas y cientos de metros con fuentes y animales voladores cuelgan de los balcones de cristal, brillando al sol con una gama de hadas múltiples. En los pétalos de las flores, aparecen varias imágenes en movimiento que cambian constantemente, la mayoría de las veces artes marciales de varios alienígenas o batallas en estilo retro.