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Auge Y Colapso De Imperios-1

Los lanzadores de rayos de múltiples cañones y los lanzadores de plasma de los alienígenas desataron al mismo tiempo corrientes de energía letal. Se sumergieron en una plaza multicolor, donde los niños elegantes con flores y cintas trenzadas en el cabello aún continuaban ondeando banderas. Explosiones, y en el lugar donde actuaron los niños, solo había embudos con montones de cadáveres humeantes. Arrojando las banderas, los niños y niñas se precipitaron en todas direcciones, muchos de ellos heridos y quemados. Nadie tuvo tiempo de darse cuenta de dónde vino el disparo de regreso. La carga se disparó con mucha precisión, golpeando el regulador de control que regula la tasa de descarga en el generador de plasma, el dispositivo que alimenta el arsenal del monstruoso monstruo. El generador entró en modo forzado, convirtiéndose en una bomba de aniquilación. El tiranodroide de diez metros logró arrancar la máquina infernal y arrojarla a la multitud, pero esto no lo salvó. El generador explotó, destruyendo al monstruo y al mismo tiempo quemando y esparciendo en partículas elementales miles de criaturas variadas y condicionalmente razonables. Los nervios de los cazas intergalácticos ya estaban al límite, y esta explosión arrancó los últimos frenos.

Comenzó una golpiza mutua forzada.

Las criaturas alienígenas se cortan entre sí, derritiéndose y quemándose, con todo tipo de armas. Dado que la batalla se desarrolló al aire libre, está claro que cualquier disparo encontró muchas víctimas. En unos segundos, la mayoría de los queridos "huéspedes" fueron asesinados y una parte importante del complejo quedó destruida. De los golpes de las cargas más poderosas, cuerpos grandes y pequeños se rompieron en fragmentos humeantes. Las llamas se encendieron, envolviendo maravillosas flores y árboles. Algunos de los monstruos lisiados se arremolinaron alrededor, algunas extremidades cortadas continuaron revoloteando y convulsionando. Fuentes multicolores de sangre se extendieron por la alfombra y el césped. En algunas criaturas, la sangre se encendió fácilmente en un ambiente de oxígeno, por lo que muchos se encendieron con fuego multicolor. Otras criaturas se apresuraron a correr, extendiendo furiosas llamas a su alrededor. Los monstruos, que consisten en elementos radiactivos, quemaron alfombras e incluso desmoronaron piedra de granito, y el fuego mentoplasmático devoró el metal pesado. La llama de los rayos y el plasma, con seguridad, continuaría hasta el exterminio completo de todos los oponentes, y luego las naves espaciales se involucrarían, cortando todo el espacio en el sistema solar y alrededor de él con la mala energía de la destrucción total.

Afortunadamente, los stalzans lograron encender el campo paralizante. Eroros fue el primero en dar la orden de cerrar el espacio con un escudo de fuerza al mismo tiempo. Fue un paso pragmático, si una gran carnicería comienza cerca del planeta Tierra, entonces no quedarán núcleos atómicos estables de todo el sistema solar. Y para esto, incluso si escapa, el emperador puede ejecutar, y de una manera tan salvaje que es mejor noquearlo inmediatamente.

¡La tierra debe existir! ¡Que el ultramarshal se asquee e infinitamente con este agujero!

Robar pero no matar! ¡Sin embargo, una gran cantidad de incinerados y cortados es suficiente para hacer estallar la situación! En un área de varios kilómetros cuadrados, destrucción continua de la isla por el fuego, i

Urlik Eroros se volvió bruscamente y se dirigió al joven en un tono inesperadamente suave.

- Tú, ya veo, suspiro. ¿Quizás tienes miedo de ver cadáveres y sangre?

Agitando la mano en forma negativa, el ayudante respondió:

- No, al contrario, lamento no poder, sin su orden, poner una carga de máxima potencia en esta víbora. Pocos, fotón pocos cadáveres... - exclamó Stelzan frenéticamente. - ¡Cómo me gustaría descuartizar toda la colección!

- Sí, pero tu cara estaba algo entristecida. Nuestros otros soldados se regocijan en la matanza. Eroros automáticamente sintió sospechas y se tensó. La pistola de hiperplasma del ultramarshal incluso alargó los cañones, mostró un holograma en forma de una corriente de signos de exclamación multicolores.

- Otra cosa me pone terriblemente triste. ¿Somos ahora traidores a nuestro Gran Imperio? ¡Este es terrible! Aquellos que traicionan a la Constelación Púrpura y al Emperador, luego del castigo y la ejecución, esperan en el ultrauniverso encarcelados en un reactor hiperplásmico. Allí los traidores son sometidos a un bombardeo continuo de cuantos dolorosos. Allí experimentaremos un nivel de dolor que no está disponible en este universo. El dolor perforará todas las células del cuerpo, sin dejar ninguna molécula libre. Y lo peor es que no habrá sueño, ni descanso, ni lugar para tomar un respiro.

Eroros esbozó una sonrisa despectiva (aunque él mismo estaba terriblemente nervioso, ¡incluso revolvió sus tripas por miedo!), Lanzando con deliberado descuido:

¿Tienes miedo al sufrimiento? Es vergonzoso, vergonzoso al colapso del guerrero de la constelación Púrpura tener miedo al dolor. Y si eres torturado por enemigos, ¿te romperás?

El joven Stalzan hinchó el pecho con patetismo y dijo:

- No, no le tengo miedo al dolor. Pero una cosa es soportar el tormento de los enemigos por un día, un mes, sabiendo que tarde o temprano terminarán. Otra cosa es sufrir por traición, recibir el castigo del Dios Altísimo, Todopoderoso y sufrir por billones de billones de años. En este universo arde inmediatamente el hiperplasma, y allí, en el archivador doloroso, arde hasta el infinito. Solo una esperanza para la misericordia del Gran Emperador.