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—Sera, ¿está herida? ¿Ha pasado algo?

Ella levantó la otra mano y tocó la de Catlin, sobre su hombro.

Florian se acercó a la cama por el otro lado y ella recuperó el aliento y puso el brazo detrás de Catlin y cogió a Florian de la mano y se sentó así un momento. Poca-cosa se le cayó. No lo recogió.

—Mandaron a mamá lejos porque la madre de Ari murió.

—¿Qué, sera? —preguntó Florian—. ¿Qué quiere decir eso? ¿Cuándo murió?

—El mismo día. Cuando Ari tenía la misma edad. Su tío fue a buscarla al colegio. Como hizo el tío Denys conmigo. —Las lágrimas le corrieron por las mejillas y le cayeron sobre el regazo, pero ya no lloraba, no lo sentía así por lo menos; simplemente, se le caían las lágrimas—. Soy una réplica. No soy solamente genética. Soy como vosotros. Soy exacta.

—Eso no es tan malo —la consoló Catlin.

—Mandaron lejos a mí mamá, la mandaron a un viaje a través del salto; eso la enfermó y se murió, Catlin, se murió porque ellos la querían a ella también.

Catlin le palmeó el hombro, con dureza, se inclinó sobre su oreja y le murmuró:

—¡Monitores!

Ella sintió el golpe de esa palabra en los huesos y contuvo el aliento, tratando de pensar.

El texto se detuvo en la pantalla que había frente a ellos.

—Ari, controla la Base Uno —dijo el Cuidador. Ella jadeó para respirar por segunda vez. Como sí se estuviera ahogando. Se aferró a Florian y Catlin.

Ari, controla la Base Uno.El tío Denys sabía lo que iba a suceder. El tío Denys no quería que ella se conectara esa noche. Ve a casa de Amy, le había dicho.

Después le dijo que fuera y controlara el ordenador.

—Ari, controla la Base Uno.

¡Base Uno, mierda! —Ari se separó de Florian y Catlin y pensó que era Raro que el tío Denys y Seely no hubieran acudido a ver qué pasaba cuando ella rompió el espejo. Y después pensó que no era Raro, en absoluto.

No, si la habitación estaba bajo vigilancia.

Se sentó en la terminal, frente al monitor.

Aridecía. Soy Ari senior. En este momento, tienes los datos de la puesta al día. Sabes algunas cosas que tal vez no habías sospechado. ¿Estás bien?

Claro que sí. —Ella sintió a Florian a su lado. Se aferró a su brazo y lo sostuvo con fuerza—. Sigue, Ari.

Acabo de elevar tu acceso. Ya no tienes diferencia temporal. Tienes los datos hasta el 13 de abril de 2295.

Ella se aferró al hombro de Catlin, al otro lado.

—Sigue, Ari.

Esto te dará datos de cuando yo tenía 12 años. Las puestas al día seguirán siendo semanales.

Buenas noches, Ari.

Ella se aferró a la silla hasta que le dolieron los nudillos; y después se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se soltó.

—Fuera —dijo. Y se quedó sentada allí, temblando.

Catlin le palmeó el hombro y le hizo los signos de la manos que decían: Mañana. Afuera.

Florian hizo señas: Mañana. Sacaré el monitor.

Ella asintió y dijo con señas: Quedaos.

Y los tomó a cada uno de una mano.

Sabía que había cinco años más de datos en los archivos. Pero ahora tenía una buena idea de lo que encontraría.

Sabía con exactitud lo que había en ellos.

Mierda, mierda, mierda.

Seguridad todavía estaba grabando en cinta.

—Florian —dijo—. Catlin. Nos vamos a Seguridad. Ahora mismo.

Catlin hizo un signo, el que correspondía a Seely.

—No nos van a detener. Empaquetad vuestras cosas. Vamos. Vamos a matar esa cosa. ¿Me oyes, tío Denys?





El no contestó. Claro que no.

Ari se lavó la cara mientras Florian buscaba su pequeño equipo de herramientas. Mientras, Catlin buscaba lo que creía que iba a necesitar, lo cual probablemente incluía un poco de cable.

Caminaron por el salón. El tío Denys leía en la mesa del comedor detrás del arco. Como todas las noches.

La miró.

Ella dijo:

—Nos vamos a Seguridad, por si no te habías dado cuenta.

—Voy a avisarlos —dijo el tío Denys—. No rompas nada, Florian.

Seely no estaba en la habitación. Debería haber estado. Tal vez Seely estaba observando toda la situación desde la oficina.

Ella se quedó ahí y miró al tío Denys mucho, mucho rato.

—Como tu mamá —dijo el tío Denys—. Traté de ayudarte.

—Ellos podrían matarte.

—Sí. Lo sé. Tú lo sabes. Podrías hacerlo cuando quisieras, si lo desearas. Hay que correr riesgos como ése. Porque soy tu amigo. No tu tío. En realidad no. Soy tu amigo desde que naciste.

—¿Cuál de mis nacimientos?

—Desde que naciste. Tú eres Ari. Una es la otra. De eso se trata todo esto. Ninguna de vosotras ha traicionado a la otra. Tú eres la que hizo todo esto, muy directamente. Piénsatelo.

—¡Estás loco! ¡Todos estáis locos en esta Casa!

—No. Ve a ver a Seguridad. Yo les avisaré. Tus accesos han sido puestos al día y elevados esta tarde. Tienes autoridad para algunas cosas. No tienes por qué vivir aquí. Puedes ir a tu apartamento, si quieres. Será muy, muy grande para una niña y dos azi. Pero tienes la llave. Si quieres irte, puedes hacerlo .Florian puede acceder al sistema de Seguridad del apartamento y controlarlo para ti. O puedes volver cuando termines. O puedes ir a casa de Amy. Su madre no te hará preguntas.

—¿Todo el mundo en Reseune sabe quién soy?

—Claro que sí. Todos conocían a la primera Ari. Y tú naciste, al menos en el papel, el día siguiente al de su muerte.

—Mierda.

—Además tienes su mismo temperamento. Pero ella aprendió a controlarlo. Aprendió a usarlo, no a que su carácter la dominara. Hay mucha historia de Cyteen en esos archivos. Mucha historia de Reseune. Muchas cosas que tu educación, ha evitado hasta ahora. Había una vez un hombre que podía ver el futuro. Empezó por tratar de cambiar su vida. Pero eso era realmente su futuro. Algún día conocerás tu futuro, tanto como quieras. Piénsalo bien.

—De ahora en adelante no voy a hacer nada de lo que me ordenes.

—Pregúntate por qué cinco años. ¿Por qué no seis? ¿Por qué no cuatro? Pregúntale al ordenador qué pasó el 13 de abril de 2295.

—Dímelo tú.

—Puedes descubrirlo. Tienes el acceso necesario.

—Quiero todas mis cosas en mi apartamento.

—Bueno. Pídeselo a Mantenimiento de la Casa. Pueden hacerlo mañana por la mañana. Mejor será que embales al menos lo básico, para tu nuevo apartamento. O que lo compres. Necesarios está abierto todo el día. Si necesitas algo, consejos sobre cómo rellenar los formularios, lo que sea, llámame. Quisiera ayudarte.

Claro que Denys iba a ponerse con los detalles mundanos de todos los días, los detalles deprimentes de todo.

—Me las arreglaré.

—Sé que lo harás, querida .Pero estoy aquí. Generalmente estoy aquí. ¿Quieres ir a tu apartamento, o volver y vivir aquí por un tiempo, hasta que comprendas lo que comporta llevar sola un apartamento?

—No. No quiero. Me las arreglaré.

—Enviaré a Mantenimiento. No pueden entrar allá. Pero tendré el paquete en la puerta y mandaré las cosas mañana. Cosas prácticas, Ari. Llenaré los formularios de suministros por ti y el informe de presupuesto, tienes que tener eso o lo echarás todo a perder. Te daré copias para que veas cómo introducirlo en tu Base.

—Gracias.

—Gracias a ti, Ari. Gracias por ser razonable con esto. Eso es diferente de Ari senior, ya me entiendes. Tenía catorce años cuando se fue de este apartamento. Pero estás pasando más rápido el curso, un poco más rápido. Por favor. Cuídate. ¿Me das un beso?

Ella se quedó ahí, helada. Fuera de este apartamento.Tragó un nudo de náuseas. Y asintió.

—Ahora no. Ahora no, tío Denys. Él asintió.

—En otro momento, entonces.

Ella tensó la mandíbula e hizo un gesto a Florian y a Catlin para indicarles que se iban.

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