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Después del retorno de Eldacar, la sangre de la casa real y de las otras casas de los Dúnedain se mezcló aún más con la de los Hombres Menores. Porque muchos de los grandes habían muerto en la Lucha entre Parientes; mientras que Eldacar favorecía a los Hombres del Norte con cuya ayuda había recuperado la corona, y Gondor se repobló con los muchos hombres que venían de Rhovanion.

Al principio esta mezcla no apresuró la decadencia de los Dúnedain como se había temido; pero la mengua continuó, como antes. Porque la causa era sin duda la Tierra Media misma, y la lenta retirada de los dones de los Númenóreanos después de la caída del País de la Estrella. Eldacar vivió hasta los doscientos treinta y cinco años, y fue rey durante cincuenta y ocho, de los cuales pasó diez en el exilio.

El segundo y más grande mal le advino a Gondor durante el reinado de Telemnar, el vigésimo sexto rey, cuyo padre, Minardil, hijo de Eldacar, fue muerto en Pelargir por los Corsarios de Umbar (encabezados por Angamaitë y Sangahyando, los biznietos de Castamir). Poco después hubo una peste mortal transportada por los vientos oscuros venidos del Este. El Rey y sus hijos murieron, y parte del pueblo de Gondor, especialmente los que vivían en Osgiliath. Entonces, por la fatiga y la escasez de los hombres, la vigilancia de las fronteras de Mordor fue abandonada, y las fortalezas que guardaban los pasos quedaron vacías.

Más adelante se advirtió que estas cosas sucedían mientras la Sombra se hacía cada vez más profunda en el Bosque Verde; muchas criaturas malignas reaparecieron entonces, signos del despertar de Sauron. Es cierto que los enemigos de Gondor sufrieron también, de lo contrario hubieran aprovechado su debilidad; pero Sauron sabía esperar, y era posible que poder entrar en Mordor fuera lo que más deseaba.

Cuando el Rey Telemnar murió, los Árboles Blancos de Minas Anor también se marchitaron y murieron. Pero Tarondor, su sobrino, que lo sucedió, plantó un vástago en la ciudadela. Él fue quien mudó el sitio del trono a Minas Anor de manera permanente, pues Osgiliath estaba ahora desierta en parte, y empezaba a mostrar síntomas de ruina. Pocos de los que habían huido de la peste a Ithilien o a los valles occidentales estaban dispuestos a regresar.

Tarondor, que accedió joven al trono, fue de todos los reyes de Gondor el que tuvo un más largo reinado, pero poco más pudo conseguir que reordenar el reino, y renovar poco a poco sus fuerzas. Mas Telumehtar, hijo de Tarondor, recordando la muerte de Minardil y perturbado por la insolencia de los Corsarios, que atacaban las costas aun hasta las Anfalas, reunió sus fuerzas y en 1810 tomó Umbar por asalto. En esa guerra perecieron los últimos descendientes de Castamir, y los reyes volvieron a dominar en Umbar por un tiempo. Telumehtar añadió a su nombre el título de Umbardacil. Pero en los nuevos males que no tardaron en precipitarse sobre Gondor, Umbar se perdió otra vez y cayó en manos de los Hombres de Harad.

El tercer mal fue la invasión de los Aurigas, que minaron las fuerzas menguantes de Gondor en guerras que duraron casi cien años. Los Aurigas eran un pueblo, o una confederación de múltiples pueblos, que venía del Este; pero eran más fuertes y estaban mejor armados que ningún otro que hubiera aparecido antes. Viajaban en grandes carromatos, y sus capitanes luchaban en cuadrigas. Agitados, como se supo después, por emisarios de Sauron, atacaron de repente a Gondor, y el Rey Narmacil II murió en combate más allá del Anduin en 1856. El pueblo de Rhovanion oriental y austral fue sometido a esclavitud; y las fronteras de Gondor se retiraron por ese tiempo hasta el Anduin y las Emyn Muil. [Se cree que en este tiempo los Espectros del Anillo volvieron a Mordor.]

Calimehtar, hijo de Narmacil II, ayudado por una rebelión en Rhovanion, vengó a su padre con una gran victoria sobre los Hombres del Este en Dagorlad en 1899, y por algún tiempo el peligro quedó eliminado. Fue durante el reinado de Araphant en el Norte, y de Ondoher, hijo de Calimehtar, en el Sur, que ambos reinos volvieron a consultarse después de una separación y un silencio muy largos. Porque por fin entendieron que un cierto poder y una cierta voluntad estaba dirigiendo el ataque desde múltiples sitios sobre los sobrevivientes de Númenor. Fue en ese tiempo cuando Arvedui, heredero de Araphant, se casó con Fíriel, hija de Ondoher (1940). Pero ninguno de estos dos reinos pudo enviar ayuda al otro; porque Angmar volvió a atacar a Arthedain al mismo tiempo que los Aurigas reaparecían con grandes fuerzas.





Muchos de los Aurigas se encaminaron al sur de Mordor y se aliaron con los hombres de Khand y del Cercano Harad; y en medio de este gran ataque que llegaba a la vez desde el norte y el sur, Gondor estuvo a punto de sucumbir. En 1944 el Rey Ondoher y sus dos hijos, Artamir y Faramir, cayeron en la batalla al norte del Mora

«A la muerte de Ondoher y de sus hijos, Arvedui del Reino del Norte reclamó la corona de Gondor como heredero directo de Isildur y como marido de Fíriel, única hija sobreviviente de Ondoher. La reclamación fue rechazada. En esto Pelendur, el Senescal del Rey Ondoher, desempeñó un papel fundamental.

»El Consejo de Gondor respondió: “La corona y el reino de Gondor sólo pertenecen a los herederos de Meneldil, hijo de Anárion, a quien Isildur cedió este reino. En Gondor la heredad se concede por la línea de los hijos solamente; y no tenemos noticia de que la ley sea distinta en Arnor”.

»A esto Arvedui replicó: “Elendil tuvo dos hijos, de los cuales Isildur fue el mayor y el heredero. Hemos oído que el nombre de Elendil se mantiene hasta hoy a la cabeza del linaje de los Reyes de Gondor, pues se lo ha reconocido como rey supremo de todas las tierras de los Dúnedain. Mientras Elendil vivía todavía, el gobierno conjunto del Sur pasó a los hijos; pero cuando Elendil cayó, Isildur partió para hacerse cargo del trono, y de igual manera dio el gobierno del Sur al hijo de su hermano. No renunció a la realeza en Gondor, ni tenía la intención de que el reino de Elendil quedara dividido por siempre.

»”Además, en la Númenor de antaño el cetro pasaba al vástago mayor, fuera éste varón o mujer. Es cierto que la ley no se observó en las tierras de exilio, siempre perturbadas por la guerra; pero ésa era la ley de nuestro pueblo, a la que ahora nos referimos, pues los hijos de Ondoher han muerto sin dejar descendencia” 32.

»A esto Gondor no respondió. La corona fue reclamada por Eärnil, el capitán victorioso; y le fue conferida con la aprobación de todos los Dúnedain de Gondor, pues Eärnil pertenecía a la casa real. Era el hijo de Siriondil, hijo de Calimmacil, hijo de Arciryas, hermano de Narmacil II. Arvedui no insistió en su reclamación, pues no tenía poder ni voluntad para oponerse a la elección de los Dúnedain de Gondor; no obstante, la reclamación no fue nunca olvidada por sus descendientes aun después de desaparecido el reinado. Pues se acercaba ahora el tiempo en que el Reino del Norte llegaría a su fin.