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En los días de Argeleb, hijo de Malvegil, como no quedaban descendientes de Isildur en los otros reinos, los reyes de Arthedain volvieron a reclamar todo Arnor. Rhudaur se opuso. Allí los Dúnedain eran pocos, y el poder estaba en manos de un jefe malvado de los Hombres de la Colina, que tenía un pacto secreto con Angmar. Por tanto, Argeleb fortificó las Colinas de los Vientos 22; pero fue muerto en batalla con Rhudaur y Angmar.

Arveleg hijo de Argeleb, con ayuda de Cardolan y Lindon, expulsó al enemigo de las Colinas; y por muchos años Arthedain y Cardolan se mantuvieron fuertes en una frontera a lo largo de las Colinas de los Vientos, el Camino Grande y el curso inferior del Fontegrís. Se dice que en este tiempo Rivendel fue sitiado.

Un gran ejército salió de Angmar en 1409 y, cruzando el río, penetró en Cardolan y rodeó la Cima de los Vientos. Los Dúnedain fueron derrotados y Arveleg recibió la muerte. La Torre de Amon Sûl fue quemada y arrasada; pero la palantírse salvó y fue llevada en retirada a Fornost, Rhudaur fue ocupada por hombres malévolos sometidos a Angmar 23y los Dúnedain que se quedaron allí fueron muertos o huyeron al oeste. Cardolan fue asolada. Araphor, hijo de Arveleg, no había alcanzado la madurez todavía, pero era valiente y, con ayuda de Círdan, rechazó al enemigo de Fornost y las Quebradas del Norte. Un resto de los fieles entre los Dúnedain de Cardolan resistió también en Tyrn Gorthad (las Quebradas de los Túmulos) o se refugiaron en los bosques que se extendían por detrás.

Se dice que durante un tiempo Angmar fue sometida por los Elfos que venían de Lindon; y de Rivendel, porque Elrond trajo ayuda por sobre las Montañas desde Lórien. Fue en ese entonces cuando los Fuertes que habían vivido en el Ángulo (entre el Fontegrís y el Sonorona) huyeron por el oeste y el sur a consecuencia de las guerras y el miedo a Angmar, y porque la tierra y el clima de Eriador, especialmente en el este, habían empeorado y se hicieron inhóspitos. Algunos volvieron a las Tierras Ásperas y vivieron junto a los Campos Gladios, convirtiéndose en un pueblo ribereño de pescadores.

En los días de Argeleb II llegó la peste a Eriador desde el sureste, matando a la mayor parte del pueblo de Cardolan, especialmente en Minhiriath. Los Hobbits y todas las otras gentes sufrieron mucho, pero la peste fue decreciendo mientras avanzaba hacia el norte, y no afectó demasiado las partes septentrionales de Arthedain. El fin de los Dúnedain de Cardolan ocurrió en este tiempo, y los malos espíritus salidos de Angmar y Rhudaur entraron en los túmulos desiertos y se instalaron allí.

«Se dice que los túmulos de Tyrn Gorthad, como las Quebradas de los Túmulos se llamaron otrora, son muy antiguos, y muchos fueron levantados en los días de la Primera Edad por los antepasados de los Edain, antes de que cruzaran las Montañas Azules y penetraran en Beleriand, de la que Lindon es todo lo que queda ahora. Por tanto, esas colinas fueron reverenciadas por los Dúnedain después de su regreso; y allí tuvieron sepultura muchos de sus señores y sus reyes. [Dicen algunos que el túmulo en que el Portador del Anillo quedó encerrado había sido la tumba del último príncipe de Cardolan, que cayó en la guerra de 1409.]»

«En 1974 el poder de Angmar se hizo fuerte otra vez, y el Rey Brujo descendió sobre Arthedain antes que terminara el invierno. Ocupó Fornost y rechazó a la gran mayoría del resto de los Dúnedain más allá del Lune; entre ellos estaban los hijos del rey. Pero el Rey Arvedui resistió hasta el final en las Quebradas del Norte, y luego huyó hacia el norte con algunos miembros de la guardia; y lograron huir gracias a sus caballos.

»Por un tiempo Arvedui se ocultó en los túneles de las viejas minas de los Enanos, cerca del lejano extremo de las Montañas, pero al fin el hambre lo obligó a buscar la ayuda de los Lossoth, los Hombres de las Nieves de Forochel 24. Encontró a algunos reunidos en un campamento cerca de las orillas del mar; pero no ayudaron al rey de buen grado, pues éste no tenía nada que ofrecerles, excepto unas pocas joyas que para ellos carecían de valor; y tenían miedo del Rey Brujo, quien (decían) podía traer la escarcha o el deshielo a su antojo. Pero, compadeciéndose en parte por el macilento rey y sus hombres, y también porque éstos iban armados, les dieron algo de alimento y les construyeron chozas de nieve. Allí tuvo que esperar Arvedui a que le llegara ayuda desde el sur; pues sus caballos habían muerto.





»Cuando Círdan supo por Aranarth, hijo de Arvedui, que el rey había huido hacia el norte, envió sin demora una barca a Forochel en su busca. La barca llegó allí por fin al cabo de muchos días, pues habían soplado vientos desfavorables, y los marineros vieron desde lejos el pequeño fuego que los hombres perdidos habían logrado encender con maderas encontradas en la playa. Pero el invierno tardó en soltar su presa aquel año; y aunque era ya marzo, el hielo sólo empezaba a quebrarse, y se extendía lejos de la costa.

»Cuando los Hombres de las Nieves vieron la barca, sintieron asombro y temor, porque no recordaban haber visto nada semejante en el mar; pero se habían vuelto más amistosos, y llevaron al rey en trineos junto con los otros sobrevivientes hasta donde se atrevieron a llegar. De este modo, un bote que izaron de la barca pudo acercarse al rey.

»Pero los Hombres de las Nieves estaban intranquilos porque, decían, olían peligro en el aire. Y el jefe de los Lossoth dijo a Arvedui: “¡No montes ese monstruo del Mar! Que los marineros nos traigan alimentos si los tienen y otras cosas que necesitamos, y podrás quedarte aquí hasta que el Rey Brujo vuelva a casa. Porque en verano pierde poder; pero ahora su aliento es mortal y muy largo su brazo frío”.

»Pero Arvedui no hizo caso. Le dio las gracias, y al partir le entregó su anillo diciendo: “Esto tiene un valor que tú no entiendes. Por su sola antigüedad. No tiene poder, sólo la estimación de los que aman mi casa. No te dará ayuda, pero si alguna vez lo necesitas, mi gente pagará por él un rescate con todo aquello que tú desees” 25.

»No obstante, el consejo de Lossoth era bueno, fuera por azar o por previsión; porque antes de que la barca hubiera llegado a mar abierto, se levantó una gran tormenta que llegó con nieves enceguecedoras desde el norte; y arrastró de vuelta la barca sobre el hielo y el hielo se apiló contra ella. Los marineros de Círdan nada pudieron hacer, y por la noche el hielo quebró el casco, y el barco se fue a pique. Así pereció Arvedui el último Rey, y junto con él quedaron sepultadas en el mar las palantíri 26. Transcurrió mucho tiempo antes de que los Hombres de las Nieves tuvieran noticia del naufragio de Forochel.»

El pueblo de la Comarca sobrevivió, aunque la guerra pasó como un viento sobre ellos, y la mayoría huyó a esconderse. Enviaron en ayuda del rey a algunos arqueros que nunca más retornaron; y otros fueron también a la batalla en que Angmar fue vencida (de la que más se dice en los anales del Sur). Luego, en la paz que sobrevino, el pueblo de la Comarca se gobernó a sí mismo y prosperó. Eligieron a un Thain en reemplazo del Rey, y se sintieron satisfechos; aunque durante un tiempo muchos continuaron esperando el retorno del Rey. Pero por último se abandonó esa esperanza, y sólo se conservó el dicho Cuando el Rey regrese, con el que se referían a un bien que no podía alcanzarse, o a un mal que no podía evitarse. El primer Thain de la Comarca fue un tal Bucca de Marjala, del que pretendían descender los Gamoviejo. Se convirtió en Thain en el año 379 de nuestro calendario (1979).