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– Sí, señor. El caso Marsha Stibbs-
– Buen trabajo.
– Gracias, comandante. En realidad, la teniente Dallas…
– Tuve completa confianza en la habilidad de la Oficial Peabody para investigar y cerrar este caso. -interrumpió Eve. -Esa confianza estuvo justificada. La Oficial Peabody prosiguió esta investagación principalmente en su tiempo libre mientras continuaba sirviendo como mi ayudante y era parte del equipo de investigación formado por los homicidios de Julia
– Bien hecho. -dijo Whitney mientras Peabody quedaba sin habla. -Entre. -respondió al golpe en la puerta. -Capitán, detective. -Asintió hacia Feeney y McNab.
– Buen trabajo. -Feeney le hizo un guiño a Peabody y le dio una palmada en el hombro cuando se acercó a ellas. -Roarke. -Hundió las manos en los bolsillos, manoseando su bolsa de nueces. Algo va a pasar, pensó, y va a ser interesante.
– Julia
– Comandante…
El cortó la protesta de Eve con una estrecha mirada. -Afortunadamente se recuperó rápido, teniente. Como sea, estos son los hechos, hechos que los medios están ventilando activamente. Hechos por los que este departamento debe responder. Dos de las víctimas eran hombres prominentes, con prominentes conexiones. Las familias de Walter Pettibone y Henry Mouton se han contactado con esta oficina y con la oficina del jefe de policía Tibble, demandando justicia. Demandando respuestas.
– Van a tener justicia, comandante. Mi equipo esta siguiendo todas las pistas activa y tenazmente. Un reporte actualizado del avance estará en sus manos para el final del día.
– Teniente. -Whitney se echó hacia atrás en el sillón. -Su investigación está estancada.
– La investigación tiene múltiples canales. -Eve tragó la indignación que ardía en su garganta. -Y con respeto, comandante, no está estancada sino que es compleja y con muchas capas. La justicia no siempre es servida rápidamente.
– Si ella hubiera sido mantenida donde estaba, no tendríamos una investigación. -La furia de Feeney hizo erupción. -La metimos adentro una vez, y ahora porque un puñado de cretinos y corazones flojos abrieron la puerta de la jaula, tenemos que volver a meterla adentro. Ese es un maldito hecho. Fue Dallas la que la atrapó entonces, y tal vez los medios, esta oficina, y la oficina del maldito jefe deberían recordar eso.
Cuando Eve le puso una mano sne l brazo, él sacudió la cabeza. -No me digas que me calme. -Chasqueó, aun cuando ella no había dicho una palabra.
– Estoy plenamente consciente de la historia de este asunto. -La voz de Whitney mantenía su nivel. -Y también el Jefe Tibble. Y los medios, se lo puedo prometer, lo van a recordar. Pero hoy tenemos que tratar con esto. Los restos que deja Julia
– Estaría de acuerdo, comandante, en que el sujeto alberga un rencor, y si bien lo que hace es una satisfacción para ella, asesinando aquí gana el beneficio adicional de envolverme en un combate.
– Ella no tiene un interés particular o una conexión con los hombres que ha asesinado. Lo que hace su investigación más problemática.
– Es improbable que podamos encontrarla y aprenderla por la identificación de sus próximos objetivos. -Ella sintió un pequeño latido de advertencia en la base de su cráneo. -La investigación está mejor encaminada concentrándola en las pautas del sujeto, pautas personales. Como vive, trabaja, organiza. No es una mujer de negarse a si misma las comodidades y lujos que siempre pensó que se merecía y que se tuvo que negar en los casi nueve años de prisión. Actualmente estoy compilando y analizando datos en esa área para respaldar lo que pienso que es una teoría válida.
– Me interesa revisar esos datos y escuchar esa teoría, pero mientras tanto, vamos a dejarlo atrás por un minuto. -El unió las manos, tamborileando con sus dedos índices. -Las probabilidades de la computadora se oponen a la opinión de la Dra. Mira y de la primaria en cuanto a la identidad de uno de los potenciales objetivos. Uno que, después de revisar todos los datos y reportes, yo creo que es y ha sido el objetivo central desde un principio. Si este individuo estuviera dispuesto a cooperar podría muy bie
El latido empezó a golpear. -Utilizar civiles…
– Es a menudo conveniente. -terminó Whitney. -Particularmente cuando el civil es conocido por ser… experto en áreas pertinentes.
– Permiso para hablar con usted en privado, señor.
– Denegado.
– Comandante.-Roarke habló por primera vez, en tono bajo, en directo contraste con la creciente tensión el la habitación. -Me permite? Ella va a venir por mi tarde o temprano, Eve. Si arreglamos para que sea pronto, nos da la ventaja y tal vez podamos salvar otra vida.
– Yo objeto usar un civil como cebo. -Ella miraba directamente a Whitney. -Sea quien sea, y lo que pueda ser. Como primaria de esta investigación, tengo el derecho de rehusarme a emplear tácticas que estimo generan riesgos inaceptables para mis hombres, o civiles.
– Y como su comandante, yo tengo el derecho de anular su protesta, de ordenarle que emplee esas tácticas o removerla como primaria.
Esta vez fue Feeney quien aferró el brazo de Eve. Pero Roarke ya se había parado. -Jack- -Su voz ya no estaba totalmente calma cuando se dirigió a Whitney. Deliberadamente, se paró entre él y Eve, enfrentándola para que ella no tuviera otra elección más que mirarlo a la cara.
– Tendrás el control. Ella tiene la delantera hasta ahora. Tú puedes atraerla donde y como elijas. Ese es el primer punto. El segundo sería que yo no me voy a sentar y esperar hasta que ella elija el momento y lugar para atraparme. Te estoy pidiendo ayuda y ofreciéndote la mía.
Era fácil de ver porque él era tan bueno en lo que hacía. Y ganando lo que quería. Acomodando las cosas a su propia conveniencia con la razón en primer lugar. Luego con cualquier método que funcionara mejor.
Pero no era una compañía para ser absorbida o un empleado para ser intimidado. -Tú no estás pidiendo ni ofreciendo nada. Y tú no me das el control, lo estás tomando.
– Eso depende de como lo veas.
– Yo veo muy bien. Retrocede, Roarke, no estás a cargo aquí todavía.
Algo chispeó en los ojos de él, algo mortal. Sólo sirvió para agregar calor a un malhumor que ya estaba humeando al máximo. Cuando se movió hacia Roarke, Feeney la aferró del brazo por segunda vez, y Whitney se puso de pie.
– Tranquilízate, niña. -murmuró Feeney.
– Teniente Dallas. -La voz de Whitney azotó como un látigo. -Esta oficina no es el lugar para sus discusiones matrimoniales.
– Usted la convirtió en el lugar. Esto es una emboscada, y una que socava mi autoridad, esto pone mi autoridad en duda enfrente de mi equipo.
Whitney abrió su boca, y la cerró luego en una fina línea. -Tomo nota. Su equipo puede retirarse.
– Prefiero que se queden en este momento, señor. Terminar esta reunión ahora en forma privada es un gesto inútil.
– Usted es una cabeza dura, teniente, y está pasando muy cerca de la línea.
– Si, señor, lo soy. Pero usted ya cruzó sobre ella. Yo respeto tanto su autoridad como su oficina, comandante.
El tuvo que tomar un respiro para calmarse. -Y usted implica que yo no respeté las suyas.
– Eso depende… -Ella miró hacia Roarke. -en como lo mires.
– Y si usted estuviera mirando esta situación objetivamente en vez de tomarla con posiblemente justificado enojo, por la forma en que este camino en particular le fue presentado?
– Yo creo firmemente que Julia
– Y esta creencia está basada en?
– Mi instinto y mi considerable conocimiento del sujeto. Pega ahora, se ordenó Eve, y pega duro.
– Ella es una chica. Tiene una necesidad profundamente asentada de consentir su feminidad, en la forma más lujosa y exclusiva disponible. Se ha dedicado a trabajar duro hasta ahora, planeando y ejecutando su agenda. Ahora necesita un descanso. En el pasado, se tomaba unas cortas vacaciones entre cada golpe. Principalmente resorts, con centros de tratamiento de alto vuelo. Es una pauta. Se movilizó de una víctima a otra en rápida sucesión esta vez, y eso después de haber estado encarcelada por varios años. Ella necesita renovarse, recargar, y su método preferido sería la comodidad de un spa donde pueda ser mimada y pueda relajarse antes de…
Se detuvo, pero tomó envión y siguió. -… antes de moverse hacia quien yo creo que es y ha sido el objetivo central. Necesita arreglo, preparación, relax, antes de ir por él. Corrí una probabilidad con esta teoría y obtuve más del noventa por ciento. Ella no cambia, comandante. En el fondo, ella no cambia.
– Asumiendo que su teoría es correcta, hay incontables instalaciones de esa naturaleza solamente en esta ciudad.
– No será aquí. Ella quiere darse este gusto, esta indulgencia, y no se arriesgaría a acudir a una experta que podría haberla visto en los medios, y dejarla acercar tanto a su rostro. Tiene cerebro. Es más probable que salga del paìs donde la atención de los medios hacia los asesinatos de New York no sea tan intensa.
Ella observó su expresión, lo vio considerarlo. Estar de acuerdo. -Ya estuve estrechando el campo, y tengo la intención de empezar chequeando las ubicaciones más probables y enfocarme siguiendo esa lista.
– Entonces hágalo. Como sea, esa ángulo no excluye prepararse para otra opción. Si usted la pesca, y tiene éxito en la persecución y captura, lo dejaremos de lado. Si usted no lo hace, vamos a poner una trampa en el lugar. Tranquilícese, teniente. Y escuche.