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"Susa

"Si no deseas acompañarme, volveré sola," lo advirtió ella.

"Solamente una vuelta más, Susa

Ella lo miró, lo cual fue un terrible error. La estaba mirando fijamente con aquella expresión que volvía siempre sus rodillas de mantequilla. No sabía como unos ojos azules podían parecer tan cálidos, pero los de él prácticamente se derretían. La miraba como si ella fuera la única mujer en el mundo, o el último bocado de comida para un famélico, o…

Estaba hecha de un material más resistente ahora, y sabía que no era la única mujer en el mundo para él, pero parecía realmente sincero, y pese a su inmadura forma de ser, Clive no era, en el fondo, mala persona. Sintió que su resolución se debilitaba, y suspiró. "Bueno", dijo con voz resignada. "Una vuelta más. Pero eso es todo. Vine con David, y no es justo dejarlo solo. "

Y cuando se pusieron en marcha para otra vuelta alrededor de la pista habilitada por Lord y Lady Moreland para sus invitados, Susa

David sí.

Y nada podía haberla sorprendido más.

Los criados de los Moreland habían encendido un fuego bajo la tina del chocolate, así que la bebida estaba malditamente caliente, aunque no lo suficientemente dulce. David se había bebido tres tazas de la amarga poción antes de darse cuenta de que el calor que comenzaba finalmente a sentir en sus dedos de las manos y de los pies no tenía nada que ver con el fuego de su izquierda y todo con la cólera que se había estado cociéndose a fuego lento en su interior desde el momento en que Clive había aparecido junto al montón de nieve y los había mirado desdeñosamente a él y a Susa

¡Infierno y condenación!, eso no era exacto. Clive había mirado a Susa

Los dedos de David se apretaron alrededor de su taza. Oh, muy bien, exageraba. Clive no había mirado a Susa

¿Celos ? Si Clive hubiera querido tener derecho a sentir celos por Susa

Apretando la mandíbula hasta casi encajarla, David miró como su hermano conducía a Susa

Pero, ¿ y si ella todavía lo añorara? Demonios, ¿y si ella todavía lo amaba? Dijo que ya no lo hacía, pero ¿conocía ella realmente su propio corazón? Los hombres y las mujeres tendían a engañarse a si mismos cuando estaban enamorados.

¿Y si él se casara con ella – y tenía toda la intención de hacerlo- y ella todavía amaba a Clive? ¿Como podría soportarlo, sabiendo que su esposa prefería a su hermano?

Era una perspectiva espantosa.

David dejó su taza sobre una mesa cercana, ignorando las asustadas miradas de sus compatriotas cuando esta aterrizó con un ruidoso golpe, salpicando chocolate sobre el borde.

"Su guante, milord" indicó alguien.

David bajo la mirada desapasionadamente hacia su guante de cuero, que se estaba volviendo marrón oscuro donde el chocolate había caído. Seguramente lo había arruinado, pero a David no podía importarle menos.

"¿Milord? " preguntó de nuevo la misma voz anónima.

David debió volverse hacia el con una expresión cercana a un gruñido, porque el joven caballero se apresuró a marcharse.

Y alguien que se alejara del fuego durante un día tan helado como este debía desear estar en cualquier otra parte con mucha fuerza.

Unos momentos más tarde, Clive y Susa

Bien, para ser sincero, David no estaba muy seguro de cual era la clase de expresión que estaba en su cara, pero no era la que él habría querido ver, odio puro.

O furia, esa también habría sido aceptable. O tal vez completa indiferencia. Sí, una completa carencia de interés habría sido la mejor.

Pero en cambio ella lo miraba con algo próximo al afecto cansado, y David

no sabía como interpretar esto.

"Aquí está," dijo Clive, una vez que llegaron hasta él. "De vuelta a tu lado. Sana y salva como prometí. "

David pensó que Clive utilizaba un tono un tanto demasiado agresivo, pero no tenía ningún deseo de prolongar el encuentro, así que todo que dijo fue, "Gracias. "

"Ha sido un paseo encantador, ¿no Susa

"¿Qué? Oh, si, por supuesto," contestó ella. "Ha estado bien ponerse al día. "

"¿No tienes que regresar junto a Harriet? " preguntó David intencionadamente.

Clive solo sonrió abiertamente, casi desafiante. "Harriet estará bien sin mi durante unos minutos. Además, ya te dije que estaba con su madre. "

"Sin embargo" dijo David, siendo francamente irritante ahora, "Susa

"¿Qué tiene eso que ver con Harriet? " lo desafió Clive.

La barbilla de David se alzó unos milímetros. "Nada, salvo que tú estás casado. "

Clive plantó las manos sobre sus caderas. "A diferencia de ti, que no estás casado con nadie."





Los ojos de Susa

"¿Qué demonios se supone que significa eso? " exigió David.

"Nada, salvo que deberías poner tus propios asuntos en orden antes de meterte en los míos."

"¡Tuyos! " casi explotó David. "¿Desde cuándo ha pasado Susa

Susa

"¿Cuándo lo ha sido tuyo? " replicó Clive.

"No creo que eso te concierna. "

"Bien, pues me concierne más a mi que…- "

"¡Señores! " los interrumpió finalmente Susa

Y ella parecía ser el juguete en cuestión, una metáfora que encontró más bien insultante.

Pero ellos no la oyeron, o si lo hicieron, no les importó, porque siguieron discutiendo hasta que ella se colocó físicamente entre ambos y dijo, "¡David! ¡Clive! Es suficiente. "

"Apártese, Susa

"¿No lo es? " ella preguntó.

"No," dijo David con tono duro, "no lo es. Es por Clive. Siempre es por Clive. "

"Un momento," dijo Clive furioso, empujando a David en el pecho.

Susa

parecía haberse percatado de la inminente pelea, ni siquiera Harriet, que estaba sentada a poca distancia, charlando con su madre.

"Te casaste con otra," prácticamente siseó David. "Perdiste cualquier derecho sobre Susa

"Me marcho," anunció ella.

" -…te casaste con Harriet. Y deberías haber considerado… – "

"¡He dicho que me marcho! "repitió ella, preguntándose por qué se preocupaba de si la habían oído o no. David había dejado bastante claro que esto no era por ella.

Y no lo era. Cada vez estaba más claro. Ella era simplemente un tonto premio a conseguir. Clive la quería porque pensaba que David la tenía. David la quería por la misma razón. Ninguno de los dos se preocupaba realmente por ella; lo único que les importaba era ganarse el uno al otro en alguna tonta competición de toda la vida.

¿Quién era el mejor? ¿Quién era el más fuerte? ¿Quién tenía más juguetes?

Era estúpido, y Susa

Y herida. Profundamente herida en lo más hondo de su corazón. Durante un mágico momento, ella y David se habían reído y habían bromeado, y ella se había permitido soñar con que algo especial estaba creciendo entre ellos. Él no se había comportado como ningún otro hombre que conociera. Realmente la escuchó, lo cual era una experiencia nueva. Y cuando él se rió, el sonido había sido cálido, rico y sincero. Susa

"Me marcho," dijo ella por tercera vez, sin estar muy segura de porqué se molestaba. Quizás era alguna clase de enfermiza fascinación con la situación que tenía entre manos, una morbosa curiosidad por ver lo que ellos harían cuando realmente comenzara a alejarse.

"No, no se va," dijo David, agarrando su muñeca en el instante en que ella se movió.

Susa

"La escoltaré," dijo él rígidamente.

"Obviamente está bastante ocupado aquí," dijo ella, con una sarcástica mirada hacia Clive. "Estoy segura de que puedo encontrar a algún conocido que me lleve a casa. "

"Vino conmigo. Se marchará conmigo. "

"No es… – "

"Es necesario," dijo él, y Susa

Su tono podría haber congelado el Támesis.

Miró el hielo – sobre el río, y casi se rió.

"En cuanto a ti, hablaremos más tarde," dijo bruscamente David a Clive.

"¡Pffft.! " Susa

David y Clive se volvieron a mirarla con expresión irritada. Susa