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Sus feligreses son católicos y en sus demandas y oraciones siempre se invoca a Dios, a Cristo y a la virgen de Guadalupe, “porque la Santísima no es ajena a la religión cristiana”, aunque la Iglesia católica no reconozca su culto. La capilla de la Santa Muerte está colocada al frente de su casa, rodeada de ofrendas florales y frutales (sobresalen las manzanas, que simbolizan abundancia), exvotos, velas, juguetes, billetes, monedas, golosinas, cigarros, puros, bebidas alcohólicas en vasos y botellas.
En ese sitio la escultura de la Santísima (también se le conoce como Señora de las Sombras, Señora Blanca, Señora Negra, Niña Santa, La Parca, La Flaca), es de dos metros de altura. Tiene la figura tradicional del esqueleto del Día de los Muertos, sólo que se le viste como virgen y santa con vestuarios de distintos colores, cada uno de los cuales tiene un significado especial. En su cuello, vestido, guadaña, balanza, brazos y falanges de metal penden pulseras de perlas, oro y plata con piedras preciosas empotradas. Son ofrendas y ex votos de quienes agradecen algún milagro o favor.
La familia Romero lleva más de 40 años rindiéndole culto y afirman que a la Santísima no le importa la índole social o laboral de sus fieles, y a la calle de Alfarería número 12 llegan hombres de toda condición social, lo mismo que niños, ancianos y mujeres de la calle.
Ellos cambian la vestimenta de la Santa Muerte cada primer lunes de mes; el color va de acuerdo con la temporada y con la demanda que sus fieles plantean. El rojo simboliza amor y pasión, el verde esperanza, el blanco y el azul paz y pureza, colores de la virgen María, porque son con los que regularmente está vestida.
La fiesta de la Santa Muerte es el 1 de noviembre, el Día de los Muertos y antes en la noche del 31 de octubre, se reza un rosario para vestirla de blanco como a una novia. Este día y los lunes de cada mes hay rosarios nocturnos para bendecir imágenes que llevan sus fieles. La gente que visita su altar siente la misma devoción con la que lo hacen ante Cristo, los santos y las vírgenes; se persignan, rezan, le piden y la ofrendan. El número de adeptos crece día a día; cuando se rezan los rosarios se cierran las calles cercanas a la de Alfarería.
En torno a la ceremonia se agrupan vendedores de todo tipo: de refrescos, flores, velas, figuras de la Santísima, ropa, cigarros, hojas volantes con grabados y oraciones específicas para el rosario, y puros, los que presuntamente son del mayor gusto de la Niña Blanca.
La tía de la Señora Romero, Leonor Paredes la inculcó éste culto y lo empezó a practicar en 1962; sin embargo, se han encontrado diversas representaciones y vestigios que hacen suponer que la devoción de la Santa Muerte probablemente data del siglo XIX, existiendo chamanes en Catemaco que también le rinden pleitesía desde hace mucho tiempo.
Entre las peticiones que más se hace a la Santa Muerte es la de mantener la fidelidad de la pareja. Ya que una leyenda dice que La Santa Muerte era una mujer que vivió en la época Prehispánica y que fue engañada por su marido; fue tal su dolor al ver a su hombre en brazos de otra, que acabo suicidándose. Al ver su sufrimiento Dios la convirtió en patrona de los matrimonios. Es por ello que ahora es protectora de la unión conyugal y es capaz de hacer mucho daño a un marido infiel, si su esposa así lo solicita. Por idénticas razones se pide su patrocinio para lograr que una persona se siente atraída hacia otra y ambas logren casarse.
Cómo Señora de la Noche, tiene especial predilección por las personas que trabajan después de que el sol se ha ocultado por los peligros a los que están expuestos; ayuda a taxistas, mariachis, cantineros, policías, soldados, meseras, prostitutas, etc. Es la patrona y defensora contra asaltos, atropellamientos, heridas por arma de fuego y contra todo tipo de muerte violenta. Se cuentan casos en los que ha evitado la muerte de algunos de sus fieles en medio de un accidente automovilístico.
También se le puede solicitar cosas que no se atrevería a solicitar a otros santos, por ejemplo: la muerte del enemigo, del rival o de la pareja infiel; daños a las propiedades de aquellos que sienten envidia o rencor, o hacer que los malos deseos que tienen hacia nosotros se vuelvan en su contra. Está considerada como una entidad justiciera, pues no cumple caprichos, sino que da a cada persona lo que merece. Por esa razón a los fieles se les pide llevar una vida recta y cumplir las promesas que le hacen a la Santísima.
Capítulo 2 – ¿Porqué se està expandiendo su culto?
Para contestar a esta pregunta me vais a entender con muchísima facilidad. Casi todos venimos de religiones que nos profieren amenazas o nos insinúan que algo va a ir mal si actuamos o pensamos mal.
Cualquier persona en algún momento de nuestra vida, nos hemos enfadado, hemos chillado o soltado alguna cosa en un momento de acaloramiento, ya que ello forma parte de la naturaleza humana.
¿Qué diferencia hay con el culto a la Santísima Muerte, la Niña Bonita, la Flaca, la Flaquita, la Santa Patrona, la Catrina…?
Pues que podéis pedir cualquier cosa y básicamente todos nos merecemos tener la misma ayuda sin ninguna diferencia, sin que juzguen nuestro pasado, ni lo que hayamos hecho; sólo miras hacia adelante: da igual ser un campesino que un rey.
Hay un momento en común en nuestra vida, el saber que tenemos que cruzar una línea sin una seguridad de saber a dónde vamos.
Si nos quitasen todas nuestras posesiones materiales y nos dijeran que nos vamos a ir ya, que llega lo hora de nuestra muerte… lo primero que haríamos es arreglar a nuestros seres queridos, poniendo todas las cosas en orden de una forma u otra. Pero lo que ninguno dudaríamos es que en ese momento lo más importante es tener una buena muerte, sin dolor y tranquila.
Eso ha hecho que como la Santísima Muerte ayuda y protege a cualquier persona, durante un tiempo, se la haya calificado erróneamente como algo negativo.
La gente que le pide y le reza ha encontrado gran alivio y consuelo, por eso su culto y propagación está siendo a través de sus propios devotos, transmitiéndolo oralmente de padres a hijos.
Capítulo 3 – Su representación y sus formas
La Santa Muerte puede ser representada de diversas maneras, como una figura masculina o femenina; de forma masculina lo visten de manera tenebrosa, con guadaña y un rosario; de forma femenina, vestida con una túnica larga blanca de satín y una corona de oro.
Se la puede representar también, como un cráneo, un esqueleto cubierto con una túnica, en ocasiones sosteniendo una balanza, que significa igualdad para todos o bien con una guadaña, como una mujer de edad avanzada o como una joven bella, vestida de blanco, negro, rojo o amarillo, y demás colores, también como un hombre con vestimenta humilde.
La representación más clásica es en estampas, bien sean en blanco y negro o en colores. Están hechas y confeccionadas con resinas, vidrio, metal, papel maché, madera, hueso, etc., consagrándose según la persona que las prepare.
Santa Muerte sentada
Está sentada en una especie de trono desde el cual observa al mundo, siendo fiel servidora del Creador Universal. Tiene en sus manos la guadaña o la balanza (con la que equilibra al mundo entre el lado espiritual y el económico), y acompañada de algún animal que representa el mundo subterráneo, como el búho. En la otra mano sostiene una guadaña que representa la mutilación de toda energía negativa, donde quiera que ésta se le coloque. Para los despachos judiciales el color ideal es el verde.